La semana laboral de cuatro días en el ayuntamiento de Zahara de la Sierra viene a coincidir con el debate abierto sobre la reducción de la jornada laboral.
La salud y el bienestar están en el núcleo de la reforma.
Medir el tiempo es relativamente fácil. Lo realmente complicado es encontrar la fórmula idónea para gestionarlo adecuadamente. Trabajar es indispensable, pero descansar es imprescindible y disfrutar del tiempo libre, muy necesario. Cualquier día se divide pues en tres tercios. 24 horas de margen. Pero, ¿Cuál debe ser es el punto exacto de equilibrio que garantice salud, productividad y beneficios?
En Zahara de la Sierra, las apariencias engañan. Hoy es lunes y cualquiera diría que Daniel está trabajando. Pero no es así. Ni siquiera es albañil y no está en el tajo. En realidad es vigilante y disfruta de su día libre que aprovecha para reformar su vivienda. Él es uno de los 32 empleados municipales que se acoge a la semana laboral de cuatro días, una medida auspiciada por el alcalde y que ha convertido al ayuntamiento de esta apacible localidad gaditana en el primer ayuntamiento de España en hacerlo.
La semana laboral de cuatro días en el ayuntamiento de Zahara de la Sierra viene a coincidir con el debate abierto sobre la reducción de la jornada laboral de las cuarenta horas a treinta y siete horas y media semanales, una reforma que que el gobierno pactó con los sindicatos en diciembre y cuyo proyecto de ley aun está a la espera de ser refrendado en el congreso de los diputados.
Según Pierre Cialti, profesor de Derecho del Trabajo, la reducción no es una propuesta descabellada, habida cuenta, nos dice, de que la jornada laboral en España se ha venido reduciendo paulatinamente hasta situarse por debajo de las cuarenta horas actuales.
Los empresarios no están de acuerdo. Ni con el contenido de la reforma, que consideran lesivo, ni con la forma de plantearla por parte del gobierno.
La patronal andaluza asegura que la reducción de jornada afectará a la productividad de las empresas y traerá consigo un sobrecoste cercano a los catorce mil millones de euros. Una factura que consideran excesiva sobre todo porque la reducción de jornada no es una demanda social, ni siquiera una reivindicación sindical.
Los sindicatos, sin embargo, se muestran sorprendidos y reprochan a la patronal haberse desmarcado del acuerdo por razones espúreas que poco o nada tienen que ver con la rentabilidad de las empresas, nos dice Oskar Martín, secretario general de UGT Andalucía,
Lo que se necesita es un cambio de mentalidad empresarial, añade Nuria López, secretaria general de Comisiones Obreras. A su juicio, cuanto mejor sean las condiciones laborales, mayor será el desempeño de las personas trabajadoras.
El control horario es el elemento nuclear de la reforma: La norma establece la obligatoriedad de que todas las empresas, sea cual sea su tamaño y el sector al que pertenezcan, dispongan de un registro horario digital. El control en papel, hasta ahora vigente, desaparece.
Y su incumplimiento reiterado acarreará sanciones de hasta diez mil euros por trabajador. Lo que, según la patronal, supone una agresión directa a la independencia de las empresas.
En cualquier caso, y más allá de la controversia, el control horario digital se antoja esencial para acotar el exceso de horas extras que se realizan en España, casi tres millones por semana, según un informe elaborado por el sindicato Comisiones Obreras.
Y casi la mitad de esas horas, no se pagan. Según se desprende de la última encuesta de población activa, unos 400.000 trabajadores en España alargan su jornada sin que sean remunerados por hacerlo, lo que significa que cada uno de ellos deja de percibir una media 150 euros semanales.
Una situación anómala, pero muy común, también en Andalucía.
La patronal niega la mayor y pone en duda, por exagerado, el calculo de las horas extras que ofrecen los sindicatos. A juicio de los empresarios, el problema real no son las horas de más sino las que se echan de menos, es decir, el absentismo laboral.
La salud y el bienestar están en el núcleo de la reforma. Las patologías asociadas a un exceso de trabajo son múltiples, y la siniestralidad se dispara.
De ahí que los expertos valoren el carácter terapéuticos de una reducción de la jornada laboral.
¿trabajar menos para trabajar mejor, o sería peor cobrar lo mismo trabajando menos? El debate está abierto. De hecho, la reducción de la jornada laboral que promueve el gobierno depende de lo que decida el congreso, y eso, tal y como está el panorama, puede que también sea cuestión de tiempo.