"los reporteros"
"los reporteros"

Violencia vicaria, la expresión más cruel del terrorismo machista

Leonor fue una niña de Campillos asesinada por su padre en el primer régimen de visitas. En la separación le dijo a la madre: te voy a dar donde más te duele, una frase recurrente. Fue el primer caso considerado víctima directa de violencia de género. Desde entonces, en 2013, 65 niños han sido asesinados por sus padres en España.

"Los Reporteros" hablan con expertos en pleno debate sobre el anteproyecto de ley del Gobierno central para tipificarla.

CANAL SUR MEDIA 23 noviembre 2025

La violencia vicaria es la expresión más cruel del terrorismo machista. 65 niños han sido asesinados por sus padres en España desde que en 2013 se contabilizan los menores víctimas de violencia de género. Hoy, la sociedad ya mira de frente esta herida y en pleno debate sobre el anteproyecto de ley del Gobierno central para tipificarla, hablamos con expertos 

Leonor fue una niña de Campillos asesinada por su padre en el primer régimen de visitas. Cuando se separó de su padre, la madre, Pilar, le dijo, te voy a dar donde más te duele. Y es recurrente esta frase que utilizan los maltratadores, que utilizan las violencias vicarias sobre sus hijos, te voy a dar donde más te duele. Lo relata como Flor de Torres, fiscal delegada de violencia de Género en Andalucía: "Luché dos años para que este asesinato no quedara en un juzgado de instrucción, sino que se fuera directamente a un juzgado de violencia de género". Era la primera vez que oficialmente se consideraba víctima directa de un caso de violencia de género a un hijo menor de edad.

"Es inaceptable, un fracaso social absoluto. 65 niños desde Leonor, 10 niños en el año 2024, son cifras que una sociedad democrática no puede seguir conviviendo", asegura Flor de Torres.

La sicóloga Sonia Vaccaro había acuñado el término violencia vicaria, esa que no acaba con la muerte sino que entierra en vida: "Vicario significa como adjetivo que ocupa el lugar de otra persona o que la sustituye. Y acuñé ese nombre y ese concepto precisamente a través del relato de las mujeres víctimas de la violencia vicaria extrema en ese momento, que era el asesinato por parte de sus maltratadores, de sus hijas e hijos. (...)Y, entonces, ahí comencé a darme cuenta que había una nueva forma de violencia contra la mujer".

Pero fue el asesinato en Córdoba de los hermanos Ruth y José por su padre, José Bretón, el que marcó un antes y un después en la toma de conciencia sobre la violencia vicaria. José María Sánchez de Puerta llevó la defensa de Bretón. Ya jubilado, el caso todavía le persigue: "Indudablemente es de los asuntos que marcan a las personas, sin lugar a dudas. Crea problemas morales, marca, marca".

Desde su experiencia, estos tres especialistas valoran que hoy se esté trabajando en un cambio legal. Para Vaccaro, "la justicia genera imaginario colectivo. Por lo tanto tipificarla ya es decir que es un delito, porque hasta ahora queda como desdibujada, entre comillas, en el marco de una Ley Orgánica 1-2004". El abogado nos dice que "estaba tipificado de una manera más leve de lo que ahora se va a pretender hacer con la violencia vicaria". La fiscal añade que "es una forma muy recurrente de ejercer la violencia de género, sobre todo en casos de separación, cuando ya no se puede ejercer de forma directa, se hace a distancia, proyectada a las madres sobre sus hijos. Yo como madre o como mujer no puedo entender que exista una violencia más superior que la que se ejerce a través de los menores".

La violencia vicaria es tan cruenta que puede escapar de los muros de la cárcel. La abogada Aurora Genovés representa a Ruth Ortiz, madre de Ruth y José. Ha iniciado el procedimiento contra la publicación del libro ‘El odio’, donde José Bretón confiesa el crimen que negó en el juicio. La editorial decidió parar su venta, pero se puede encontrar por más de 1.000 euros en internet. El anteproyecto de ley pretende también frenar esas otras formas de perpetuar el daño más allá de la condena.

"No solamente estamos hablando de la edición de un libro, sino de un reportaje periodístico, de una serie de televisión, de publicar en redes sociales, es decir, es que tenemos ahora mismo todo un panorama dentro de las posibilidades de comunicación amplísimos, que demás las tenemos hoy, pero no sabemos lo que pasará mañana o pasado, es decir, que todo esto se va multiplicando, la posibilidad de hacer daño a la víctima o a las víctimas", explica la abogada de Ruth Ortiz. Sánchez de Puerta apoya la prohibición: "Me parece perfecto que se prohíba esta publicación, entre otras muchas cosas por el daño que esto le puede resultar a las víctimas, porque todavía volver a reconocer, volver a ver, volver a presentir, volver a tener conocimiento de lo que pasó hace tiempo y que poco a poco se pueden ir superando".

Del caso que sacudió a toda la sociedad a la sentencia este año de un juzgado de Las Palmas de Gran Canaria que habla de violencia vicaria incluso si el daño se causa a la mascota. "Podemos hablar de violencia instrumentalizada a través de un tercero que pertenezca al núcleo familiar o la violencia que se ejerce a los animales domésticos que están en el entorno de la familia", explica Flor de Torres. Para Genovés, "toda relación afectiva con la víctima de violencia o una persona llegada, la persona, entiendo que cabría perfectamente una segunda pareja, no sé por qué no podría entenderse, porque igualmente es una persona llegada dentro del círculo familiar".

En medio de este debate, hay quien también se pregunta por qué no se consideran víctimas de violencia vicaria los niños asesinados por sus madres para dañar al padre. "No tenemos estadísticas serias de estudios fiables que digan que hay mujeres que asesinan a sus hijas e hijos para dañar a ese hombre", dice Vaccaro.

Las fórmulas de daño son infinitas. Da fe de ello la presidenta de la Fundación Ana Bella, que ayuda a mujeres supervivientes. "Muchas mujeres no quieren separarse del agresor porque temen que él después tenga un derecho de visita custodia y que ellas no puedan protegerle de esa violencia vicaria que, además, en los medios de comunicación solamente salen los casos más cruentos que acaban asesinando al hijo o a la hija", sostiene esta superviviente. "Hay comportamientos que su fin es ejercer violencia vicaria, pero que a lo mejor no son constitutivos de un delito, y que es muy difícil que la mujer pueda denunciarlo. Por ejemplo, en mi caso, me trajo a mis hijos, a mis hijas, a las dos de la mañana, un domingo, cuando tenía que haberlo traído, a las ocho de la tarde. Y al lunes siguiente empezaban las clases, pero me los trajo sin zapatos".

Y pone otros ejemplos más cotidianos: "Por ejemplo, cuando le toca el fin de semana con el padre o la visita entre semana con el padre y tienen un cumpleaños, pues el padre no los quiere llevar. O si tienen actividades extraescolares, la madre las paga, pero le toca la semana con el padre y no los quiere llevar".

María Bestar, directora de 'No estás loca', también se ha topado con toda la crudeza de esta realidad durante el rodaje de su documental. Nos cuenta el caso de Laura: "Laura le dijo a la jueza: mire, mis hijos corren peligro. La jueza le rspondió que no, que sus hijos tienen que seguir viendo al padre. La única que corre peligro es usted. "Dos semanas después mató al niño. Dos semana después mató al niño, y la jueza sigue ejerciendo. Nunca le han pedido disculpas a Laura… Icíar denunció no sé cuántas veces, no le hicieron caso; de hecho, la amenazaron “como vuelvas aquí te vamos a quitar la custodia, y asesinó a sus dos hijas".

Con un cortometraje anterior sobre el mismo tema ya ha recorrido institutos y universidades cosechando también las experiencias del público. "Siempre hay como una reacción, se ponen a la defensiva, sobre todo los chicos, y luego después de ver el cortometraje y después de hablar con ellos se abren". Y narra otro caso concreto, el de un joven "que levantó la mano delante de todos los compañeros, que fue muy valiente y dijo, bueno, te lo agradezco porque yo soy víctima de violencia vicaria y he sido uno de esos niños que lo ha vivido y solo se habla de las muertes de los niños asesinados, pero no se habla de los que como yo hemos intentado suicidarnos a raíz de esto. (…) Se me acercó un señor cuando acabó el coloquio y me dijo, mira, muchas gracias, porque yo no había visto las señales en mi hermana, y mi hermana está bajo tierra, la mató su marido".

"No solamente acaba el problema con el enjuiciamiento de un delito tan importante como el que estamos hablando, hay que hacer un seguimiento de las víctimas, de esas madres, de qué es lo que está pasando, cómo se recuperan o cómo no se recuperan, qué necesitarían, qué apoyos, en fin, lo que es una justicia restaurativa, es decir, la víctima tiene que volver a vivir", añade la abogada de Turh Ortiz.

"Es más daño que matarte a ti misma. Por eso los maltratadores lo hacen conscientemente, de que no solamente le van a hacer daño al menor o a la menor, pero también a la madre, y un daño irreparable", añade Ana Bella.

"La violencia vicaria ha existido y existirá siempre. Ojalá pudiéramos acabar con ella, pero se alimenta y perpetúa por la violencia institucional. Porque las mujeres denuncian. La Policía y la Guardia Civil hacen su trabajo, pero llegan a los juzgados y muchos juzgados archivan todo. Y dan la custodia a hombres con antecedentes penales", comenta Bestar.

"En este momento, tenemos 12.500 criaturas que, según el sistema Viogen, están en riesgo. Por lo tanto, yo diría que tenemos que actuar, y tenemos 12.500 razones y motivos suficientes como para tipificar, precisamente, la violencia vicaria y evitar que eso tenga que ser una cifra más de las que contabilizamos antes como asesinatos", reclama Vaccaro.

ES NOTICIA