LOS REPORTEROS
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El infierno de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica en España

España era, hasta ahora, el único país de mayoría católica donde no se había iniciado una investigación sobre los supuestos abusos a menores en el seno de la Iglesia. Los Reporteros ha hablado con algunas de las víctimas.

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CANAL SUR MEDIA 20 marzo 2022

El dolor de quienes siempre pierden en todas las guerras. Y, verán, España era, hasta ahora, el único país de mayoría católica donde no se había iniciado una investigación sobre los supuestos abusos a menores en el seno de la Iglesia.

El Defensor del Pueblo coordinará dicha investigación, mientras la Fiscalía ya recopila las denuncias y la Iglesia se someterá a una auditoría. Tras décadas de vergüenza e incredulidad, las víctimas hablan.

Lo han llevado en secreto hasta hace unos meses, experiencias traumáticas que les hicieron navegar toda su vida con la humillación, la vergüenza, algunos, hasta con la muerte.

Santiago Codesido, una víctima, afirma que "las violaciones, porque eran violaciones, eran cada 15 días y llega un momento que te daba igual. Para mí no es fácil porque lo he perdido todo, todo".

Allí donde tenía que habitar la ilusión conocieron la sombra del mal y la traición de quienes debían protegerlos cuando eran niños. Hoy alzan la voz porque para ellos no hay mayor curación que contar la verdad

Dice que ha muerto cuatro veces. Ha sufrido un ictus, un coma, el covid y dos neumonías. Aunque su mayor revés fue a los 12 años cuando, denuncia, un profesor de la Salle abusó de él. En San Fernando, Santiago nos recibe junto a su hermano. Revisan las diligencias de su caso. Palabras que describen un calvario sobre todo en los campamentos de los scouts.

A partir de ese momento yo bebía más, porque yo sabía lo que iba a pasar esa noche y sabía que la noche no terminaba, que una vez que él decía que yo dormía con él, sabía lo que iba a pasar.

Un infierno, como el referido por Alejandro Palomas, el escritor que ha reabierto en España el debate sobre la pederastia en la Iglesia.

Su relato ha animado a otros a reconocerse como víctimas. Un ejemplo, José Antonio Martínez Soler, periodista de amplia trayectoria, Medalla de Andalucía. Abusaron de él a los nueve años en un colegio de Almería. Su caso fue menos grave pero ha tenido gran eco.

Ahora bucea en los recuerdos que tanto le hieren. Rebelarse contra estos pederastas con sotana era difícil, incluso para un preadolescente intrépido como él que años más tarde sería secuestrado y torturado durante el régimen.

El periódico de Boston Globe fue de los primeros en revelar los casos de pederastia de la Iglesia. Escándalos a los que siguieron otros muchos en Irlanda, Bélgica, Alemania o Francia con centenares de miles de casos ocultos durante décadas.

Hasta que el Vaticano dijo basta,

Desde que el papa Francisco ordenara hace tres años combatir la pederastia cada diócesis debe contar con una oficina de atención a la víctima. Las denuncias que se han presentado aquí son mínimas aunque eso no significa que no haya casos.

Las órdenes religiosas manejan sus propios protocolos de investigación, diferentes a los de las oficinas dependientes de los obispos, como la que dirige Mercedes en Sevilla. Aquí orientan a la víctima y recepcionan su denuncia, si la hay.

De hecho, del "apenas hay denuncias" la Conferencia Episcopal pasaba a reconocer la semana pasada medio millar.

Íñigo coordina el equipo de El País que lleva cuatro años investigando este asunto. Esencial fue el documento que el pasado diciembre entregaron al Papa con 251 nuevos casos.

El Congreso ha aprobado que el Defensor del Pueblo lidere la primera investigación oficial sobre este tema en España, una opción de la que recelan algunas víctimas por el pasado religioso y político de Ángel Gabilondo. La Iglesia, por su parte, ha encargado una auditoría a un despacho vinculado al Opus Dei, una decisión también discutida

Los informes dirán si los casos de pederastia fueron aislados o no y discutirá cómo reparar a las víctimas. Muchas han necesitado terapia tras décadas de incomprensión y soledad

Santiago odia que le toquen, se reconoce un ser asocial, un náufrago que hizo de los estudios su salvavidas.

La historia de Santiago nos lleva a Madrid, a Proyecto Repara, la puerta a la que llamó solicitando ayuda. Pertenece al Arzobispado de la capital pero atienden casos de toda España. Hoy, somos testigos, es otro el que pide que le escuchen.

Vidas rotas en una espiral de dolor, remordimientos y silencio. Pero si la mayoría de los casos están prescritos o los agresores han fallecido, ¿Cómo hacer justicia?

A Santiago lo poco que le consuela es la carta que el hermano superior de la Salle le envió para pedirle perdón. Y, como a otros, el haber dado un paso al frente.

Hasta final de año no conoceremos los primeros informes oficiales sobre la pederastia en la Iglesia católica española. Sea cual sea la foto final, la luz parece abrirse paso tras décadas de oscuridad.

La Salle ha derivado a la Fiscalía su caso y mantiene que hace años que el profesor denunciado ya no está en la orden. Hemos podido localizarle. Da clases en un colegio de Málaga, niega las acusaciones contra él.

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