El Ministerio de Cultura inicia el trámite para la protección de estos sistemas en toda España. Se reconocerá así la importancia de su uso y se protegerán para el futuro.
En la Vega granadina, el manejo del agua para la producción agrícola data de la época andalusí.
Las acequias y sistemas de riego tradicionales de Granada serán declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial. El Ministerio de Cultura ha iniciado el trámite para la protección de estos sistemas en toda España. Se reconocerá así la importancia de su uso y se protegerán para el futuro.
En el caso de la Vega granadina, el manejo del agua para la producción agrícola es único. Puesto en marcha por los árabes, se mantiene en el tiempo hasta nuestros días.
Han sido investigadores de la Universidad de Granada (UGR), del laboratorio de Arqueología Biocultural, MemoLab, los autores del informe con el que Cultura justifica la resolución y reconoce la riqueza del sistema de riego y los manejos agrarios que datan aún de la etapa andalusí.
La Acequia Gorda nace en el río Monachil. Sin su agua no se podrían criar las alcachofas y otros productos que se cultivan en la zona desde hace mil trescientos años, cuando los árabes se organizaron para poner en producción la fértil tierra. La acequia es una unidad de riego gestionada por una comunidad de regantes, como explica José Castillo Ruiz, catedrático de Historia del Arte de la UGR.
Dula, pago o marjal son palabras que definen el manejo del agua en el territorio. Son medidas de tiempo, cantidad y espacio que manejan las comunidades de regantes, y la persona que se encarga de su cumplimiento es el acequiero a disposición 24 horas al día durante todo el año. Iván Galdeano Rodríguez, acequiero de la Acequia Gorda de La Zubia, es uno de ellos.
Con la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial se reconocerá la relevancia de los conocimientos, prácticas y saberes en el uso del agua.
Será un paso más para que la UNESCO incluya a España en su declaración de "los sistemas históricos de riego" como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, la misma protección y reconocimiento que ya tiene el Flamenco.