Rocío Ruiz era economista hasta que su padre le propuso emprender juntos la aventura de adquirir una bodega. Es una nueva generación que se va incorporando.
Patricia comenzó como relaciones públicas y ahora ostenta un puesto de mando. No es la única mujer que ha ido ocupando lugares claves en el marco de vinos de Jerez.
Más de 200 mujeres trabajan alrededor del mundo del vino de Jerez. Han pasado de dedicarse solo a la vendimia o al etiquetado, como ocurría antiguamente, a ocupar cargos de responsabilidad.
Ahora son gestoras, capataces, venenciadoras o, incluso, bodegueras. Mujeres cada vez más visibles en un sector, el del vino, vinculado, como tantos otros, tradicionalmente al hombre.
Rocío Ruiz era economista hasta que su padre le propuso emprender juntos la aventura de adquirir una bodega. Es una nueva generación que se va incorporando.
Patricia comenzó como relaciones públicas y ahora ostenta un puesto de mando. No es la única mujer que ha ido ocupando lugares claves en el marco de vinos de Jerez.
Ambas creen se ha progresado mucho para la igualdad en su entorno pero coinciden en que aun queda por hacer. Ellas afirman que a las mujeres se les exige más que a los hombres. Mujeres del año 21 del siglo XXI, con camino por recorrer pero ya con mucho andando.