En "Despierta Andalucía", Juan Luis Malpartida, director de Mundopark, nos habla de los robos de animales, frecuentes en estas fechas. Hasta él ha llegado un ejemplar de macaco robado del zoo de Castellar. Su tenencia fuera de los centros habilitados "es un delito contra la salud pública".
La Guardia Civil investiga como robo la desaparición de una veintena de animales exóticos, monos, loros y zorros, entre otros, del zoológico de Castellar de la Frontera (Cádiz). No se trata de un hecho aislado, ya que en estas fechas se multiplica la sustracción de animales para entregarlos como regalos navideños.
Uno de los ejemplares robados ha llegado hasta Mundopark, en Guillena (Sevilla). En "Despierta Andalucía" hablamos con el director de Mundopark, Juan Luis Malpartida, quien explica que la Policía Local de Dos Hermanas llamó para avisar de que "había aparecido un mono pequeñito", que podía ser uno de los que les habían robado días atrás. Al llegar comprobó que se trataba de un ejemplar de una especie diferente, que se correspondía con uno de los sustraídos horas antes en Castellar.
Malpartida recalca que ninguno de estos monos puede estar en manos de un particular: "está prohibido por Sanidad", ya que "un mono te puede transmitir el sida o el ébola". Su tenencia "es un delito contra la salud pública", algo mucho más grave, explica, que tener algún animal sin la documentación en regla, por ejemplo. Solo esta permitido que estén en centros habilitados, donde además se hacen análisis periódicos.
El Seprona de la Guardia civil investiga si detrás de estos robos se encuentran redes organizadas de tráfico ilegal. Cuando se trata de un robo "por encargo", el director de Mundopark confirma que su venta alcanza "cantidades importantes". Así, por el macaco robado procedente de Castellar se pueden llegar a pagar entre 8.000 y 10.000 euros, y por un titi de pincel, como los sustraídos en Guillena, entre 2.000 y 3.000 euros. Muchas veces los compradores son "traficantes de droga", explica.
En cuanto a los animales exóticos que se regalan, Juan Luis Malpartida cree que es "una pena", ya que muchas de las personas que los reciben acaban cansándose, ya que requieren cuidados especiales y muchos "acaban mordiéndoles". "Además", añade, "se cargan proyectos de conservación importantes".
Y en cuanto a las personas que deciden tener un animal en casa, recuerda que no se trata de un juguete, sino que cuando se adopta un animal se crea "una gran responsabilidad" y "hay que pensárselo muy bien".