Llegan a casa
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El regreso más triste de Elcano

El buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastían Elcano, ha llegado este jueves a Cádiz como escala final de su 92 crucero de instrucción.

Sin familiares a pie de escalerilla, carteles emotivos, madres llorando, el buque  ha enfilado proa directamente a la Carraca, en San Fernando. 

El 8 de agosto debería zarpar nuevamente con la intención de dar una vuelta completa al mundo durante doce meses y medio.

16 abril 2020

El buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastían Elcano, ha llegado este jueves a Cádiz como escala final de su 92 crucero de instrucción. En torno a las 10:30 de la mañana pasaba por debajo del segundo puente escoltado tan sólo por una patrullera de la Guardia Civil. Por primera vez en los últimos años, no se ha podido celebrar la tradicional ceremonia de recepción de todos los años, no ha habido embarcaciones y pesqueros rodeándolo en su llegada a aguas gaditanas. Ha sido un regreso insólito y marcado, obviamente, por la covid 19.

Canal Sur ha hablado con algunos de los miembros de la tripulación para conocer como ha sido el viaje más "sui generis" de toda su historia. Y es que, tras cinco meses y medio de travesía, dieciocho mil millas náuticas recorridas y atracado en nueve puertos de siete países, el Juan Sebastián Elcano ha entrado en la bahía de Cádiz por la puerta de atrás.

Sin familiares a pie de escalerilla, carteles emotivos, madres llorando. Tampoco se ha detenido en Cádiz, como es tradición, sino que ha enfilado proa directamente a la Carraca, en San Fernando. En las cabezas de los marineros una obsesión que nos cuenta el alférez de navío Jorge Gea de Agustín : "Regresamos a casa pensando en nuestras familias, hemos estado cinco meses y medio fuera pero siempre con nuestras familias, recibiendo novedades"  

Ha sido su viaje número 92, un viaje especial porque Elcano, buque escuela y emblema de la Armada, es también embajador de la conmemoración del quinientos aniversario de la primera vuelta al mundo, la de Magallanes y Elcano. Por eso ha tocado puertos como los de Río de Janeiro o los del estuario del río de la Plata.

Solo al llegar a Miami comprendieron que el coronavirus era más grave de lo esperado porque suspendieron incluso su bajada a puerto y la escala se limitó al abastecimiento de suministros. Aún así, aislados en el mar pero muy pendientes de tierra, los marineros tuvieron tiempo de aprovechar su especial cuarentena con una procesión.

Ya en tierra, el primer turno de la tripulación ha abandonado el barco para confinarse en sus hogares con la mirada puesta en el verano porque el 8 de agosto debería zarpar nuevamente con la intención de dar una vuelta completa al mundo durante doce meses y medio. El tiempo dirá.

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