Revuelta en Irán: morir por un velo mal puesto

Y otro conflicto con consecuencias más allá de sus fronteras es el de Irán. La muerte en dependencias policiales de la joven Masha Amini, tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo, ha provocado el estallido de revueltas en todo el país, con decenas de muertos. Hemos hablado con Nazanim. Es iraní pero vive aquí en Andalucía. Nos ha contado cómo ella también sufrió la brutal represión del régimen islamista.

Día tras día decenas de pañuelos caen al suelo en señal de protesta, con dignidad, sin miedo, con furia incluso. Despojarse de un velo allí donde es un delito hacerlo, ha transformado la fragilidad de la seda en un tejido resistente con el que las mujeres iraníes se han propuesto romper el muro de silencio que las condena a ser rehenes del fanatismo religioso.

Se llamaba Mahsa Amini. Tenía 22 años. Hace unos días paseaba a media tarde con su hermano por el centro de Teheran cuando una brigada de la denominada Policía de la Moralidad les dio el alto y acusó a la joven de llevar mal puesto el Hiyab, el pañuelo que según una ley específica y de obligado cumplimiento en Irán, debe cubrir la cabeza de la mujer por completo. Bastaron unos mechones sueltos para que Mahsa quedara bajo arresto. 

No se trata solo de reprimir atuendo y comportamiento. Es también un ataque directo a la juventud y a la espontaneidad, a la feminidad, en suma, nos cuenta Mazanim. Esta joven iraní de origen kurdo y que reside en Sevilla desde hace cuatro años, también padeció en primera persona la represión policial en Irán.

Es una vida bajo presión que somete a las mujeres a un control constante. La policía de la moralidad y sus colaboradores actúan como puede verse en un video que se hizo viral.

La fotógrafa sevillana, Carmen Salas, ha regresado recientemente de un viaje a Irán y también percibió esa presión que, en su caso, lograba sortear gracias a los consejos desinteresados de las mujeres que encontraba a su paso.

Sin embargo, la distancia que media entre la incomodidad y el homicidio, es inmensa. De hecho, Mahsa Amini no sobrevivirá a su arresto. Horas después de quedar bajo custodia la joven fue trasladada de urgencia a un hospital de la capital, donde falleció. Todo esto ocurría mientras su hermano esperaba inútilmente recibir noticias. La policía dirá mas tarde que Mahsa sufrió un infarto, pero en Irán pocos lo creen. Mazanim afirma que la causa fue un derrame cerebral provocado por los golpes que recibió durante el traslado a comisaría.

La muerte de Mahsa ha desatado una ola de protestas por todo el país y en medio mundo. Mujeres arrojando sus velos al fuego o cortándose los cabellos en público son mucho más que una protesta. Es, a ojos del gobierno iraní, un acto inmoral, y por tanto, un desafío que el régimen de los Ayatolás no está dispuesto a consentir. La represión ha sido brutal. Los muertos durante las revueltas se cuentan por decenas.

¿Podrán las revueltas hacer caer el régimen de irán? ¿Que se tambalee, al menos? Haizam Amirah, investigador del Instituto Elcano y experto en Oriente Próximo, no está del todo seguro. Una sociedad en continua evolución, a pesar de todo. De hecho, dos terceras partes de la población iraní tiene menos de treinta años. Una nueva generación en la que la profesora Nadia Hindi atisba el motor del cambio.

Lo importante no es cuanto pesa un velo. Lo realmente interesante es conocer su peso especifico, su capacidad para romper el muro con solo dejarlo caer. La libertad es un idioma universal, un clamor, sea cual sea el lenguaje con el que lo pronunciemos.