Cientos de delegados de diferentes países han abandonado la sala, en señal de protesta por las políticas israelíes. Trump dice que un acuerdo para la paz en Gaza "está cerca". La delegación española no ha asistido.
En su viaje a Nueva York ha evitado el espacio aéreo francés y español, ya que sobre él pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra en Gaza.
Abucheos en el plenario de la Asamblea General de la ONU cuando iba a tomar la palabra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Cientos de delegados de diferentes países han abandonado la sala, en señal de protesta por las políticas israelíes. En su intervención, Netanyahu ha negado que su gobierno esté matando de hambre a los gazatíes y sobre la guerra en la franja, literalmente, ha dicho: "aún no hemos terminado". Seguirá con la ofensiva en Gaza y, desafiante, ha asegurado que no tolerará un Estado palestino, criticando a los "líderes débiles" que han reconocido el Estado palestino y reiterando que eso no ocurrirá. Aunque en la Asamblea General de la ONU se ha escenificado este viernes el creciente aislamiento internacional de Israel, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de anunciar que un plan de paz para Gaza podría estar "muy cerca".

Decenas de países se levantaron de sus asientos y abandonaron la Asamblea General de la ONU ante la entrada del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien dio ante los que quedaban un discurso desafiante criticando a los "líderes débiles" que han reconocido el Estado palestino y reiterando que eso no ocurrirá. A lo largo de 40 minutos, Netanyahu enseñó a los presentes un mapa con las ofensivas israelíes de los últimos dos años en la Franja de Gaza, Líbano, Irán, Siria, Irak y Yemen, les retó con un "examen sorpresa" sobre esos territorios, negó un genocidio en la Franja palestina y criticó la postura "antisemita" y "débil" de los países que han reconocido el Estado palestino, que Israel, dijo una y otra vez, no permitirá que exista.
Sobre Gaza, Netanyahu afirmó que la acusación de genocidio, que respalda una comisión de la ONU e investigan tribunales internacionales, "es falsa" y negó también que en la Franja haya hambruna, como ha confirmado un índice reconocido internacionalmente. El primer ministro recordó la matanza de Hamás el 7 de octubre de 2023 y cómo en ese momento muchos países apoyaron a Israel, un apoyo que fue perdiendo a medida que avanzaba en su ofensiva en la Franja, donde según el Ministerio de Sanidad gazatí se han producido más de 65.000 muertos en casi dos años.
"Con el tiempo, muchos líderes mundiales cedieron. Se rindieron ante la presión de unos medios de comunicación sesgados, de sectores islamistas radicales y de turbas antisemitas", opinó al respecto, pero defendió la necesidad de su actuación militar allí, que ahora se centra en invadir la capital, ciudad de Gaza, echando a su millón de habitantes. "Los últimos elementos, los últimos remanentes de Hamás, se atrincheran en la ciudad de Gaza. Juran repetir las atrocidades del 7 de octubre una y otra vez. Por eso Israel debe acabar el trabajo y por eso lo queremos hacer lo más rápido posible", dijo.
El primer ministro fue muy crítico con los países que han reconocido en los últimos días el Estado de Palestina, entre los que mencionó a Francia, Reino Unido, Australia y Canadá, afirmando que con ello "recompensan a los más antisemitas del mundo" y denunciando una guerra legal y política contra Israel por parte de "líderes débiles y necesitados". "Aquí va un mensaje para esos líderes occidentales: Israel no permitirá que nos impongan un estado terrorista. No cometeremos un suicidio nacional porque no tengan las agallas para enfrentarse a unos medios hostiles y a turbas antisemitas que exigen la sangre de Israel", dijo Netanyahu ante una reducida audiencia.
El primer ministro israelí indicó que esta posición no es solo suya, sino que es "la política del Estado y de la población del Estado de Israel", y calificó de "una locura" hacerlo porque, entre otras cosas, dejaría el gobierno a la Autoridad Nacional Palestina, que tildó de una organización "corrupta hasta la médula".

AISLAMIENTO INTERNACIONAL
Casi nadie está de ya de acuerdo con las políticas de Israel. Netanyahu ha podido dirigirse a la Asamblea de la ONU presencialmente aunque pesa sobre él una orden de arresto por crímenes de guerra, porque Estados Unidos no lo iba a detener. Pero cientos de delegados se han negado a oír su discurso. La delegación española no ha asistido.
Mientras, en Nueva York, manifestantes propalestinos marchaban desde Times Square hacia la ONU. Y Trump acaba de decir en Washington que cree que un acuerdo para la paz en Gaza está muy cerca. Será un pacto que traerá de vuelta a los rehenes y pondrá fin a la guerra, ha añadido.
En su viaje a Nueva York ha evitado el espacio aéreo francés y español, ya que sobre él pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra en Gaza. Como previa, Netanyahu se ha visto con el presidente argentino, Javier Milei, uno de sus principales apoyos, junto a Donald Trump.
Netanyahu terminó su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas y se marchó de la sede en Nueva York sin haberse entrevistado con el secretario general de la ONU, António Guterres, según confirmó el portavoz de este último, Stéphane Dujarric. Es el segundo año en que Netanyahu viene a la ONU y no se entrevista con Guterres; de hecho, el primer ministro no ha respondido a varias llamadas del secretario general desde el 7 de octubre de 2023, fecha de los atentados de Hamás.
El Grupo de La Haya, una coalición internacional liderada por Colombia y Sudáfrica que busca impulsar sanciones contra Israel por la devastación de la Franja de Gaza, reunió este viernes a otros 32 estados de todo el mundo para coordinar un plan de acción conjunto que "ponga fin a la impunidad" del Estado hebreo.