Una macrocausa abierta hace doce años
Investiga el sistema empleado por la Junta entre los años 2000 y 2009 para dar ayudas a empresas en crisis. La mayor parte del dinero fue a parar a 6000 trabajadores, cuyas prejubilaciones nadie cuestiona.
Se abrió a raíz de otra investigación que se llevaba a cabo sobre Mercasevilla
La de los ERE es una de las instrucciones más larga y lenta de la historia judicial española
El caso ERE se juzga desde hace ya casi doce años, en enero de 2011, a raíz de otra investigación que se llevaba a cabo sobre Mercasevilla.
La macrocausa investiga el sistema empleado por la Junta entre los años 2000 y 2009 para dar ayudas a empresas en crisis. La mayor parte del dinero fue a parar a 6000 trabajadores, cuyas prejubilaciones nadie cuestiona
Tras varios años de instrucción, la causa se dividió en tres grandes bloques. La llamada pieza política en la que han sido condenados los expresidentes Chaves y Griñán y otros 13 ex altos cargos.
El bloque de las empresas que recibieron las ayudas. Son 180 empresas y cada una constituye una pieza judicial. De ellas, 60 se han archivado: por prescripción o porque no se ha visto delito. Cuatro han tenido ya su juicio: en uno de ellos, el ex alcalde de Cazalla de la Sierra, Ángel Rodríguez de la Borbolla, fue condenado a un año y medio de prisión, por la ayudas que recibió para empresas de corcho. Y unas diez están listas para ir a a sala. Juicio, con o sin fecha de celebración. Entre ellas, la del chófer de Guerrero, que reconoció que gastó gran parte del dinero público en cocaína y fiesta.
El tercer gran bloque es el de los intermediarios, cuya instrucción está prácticamente finalizada. Aseguradoras, abogados y sindicatos que cobraban comisiones sobredimensionadas por mediar entre la Junta, que daba las ayudas, y las empresas que las recibían. Entre los imputados en este bloque está el exsindicalista Juan Lanzas, llamado "el conseguidor". Y un prófugo: el dueño de la aseguradora Vitalia, el exbanquero catalán Eduardo Pascual, que está en busca y captura.
La de los ERE es una de las instrucciones más larga y lenta de la historia judicial española
