Quiénes la diseñaron convirtieron un lugar algo triste y desaprovechado en un espacio libre y lleno de color para los niños.
Es un lugar muy singular porque cuando se cruza su umbral se descubre un mundo donde los más pequeños se olvidan de tanto médico.
Estar ingresado no es nada divertido, y mucho menos para los niños. Ahora algo ha cambiado en el Hospital Infantil Virgen del Rocío de Sevilla gracias al proyecto de la Azotea Azul de la Fundación El Gancho.
Aquí los más pequeños tienen un lugar muy especial porque pueden jugar y divertirse mientras se curan. Existe una azotea en un hospital que no es blanca, ni verde, ni tampoco amarilla, la pintaron de azul como el cielo.
Quiénes la diseñaron convirtieron un lugar algo triste y desaprovechado en un espacio libre y lleno de color para los niños.
Es un lugar muy singular porque cuando se cruza su umbral se descubre un mundo donde los más pequeños se olvidan de tanto médico.
En ella, si no es estrictamente necesario, no hay cabida para las punzantes jeringuillas y menos para el suero.
Tienen prohibida la entrada hasta los medicamentos. Solo pueden pasar niños enfermos pero con muchas ganas de divertirse y de ponerse buenos.
Aquí solo hay columpios y grandes globos y una enorme chistera y además verás a pocos enfermeros y está en un hospital.