Lo propio de esta época sería la alergia a los ácaros pero las actuales condiciones climáticas y la contaminación están provocando la aparición de rinitis y conjuntivitis que, a priori, son más propias de la primavera.
La sequía que llevamos arrastrando todo el año, las altas temperaturas, los episodios de calima que llegan del desierto, y los pólenes, sobre todo de cipreses, están haciendo que el otoño de este 2022 sea especialmente penoso para algunos alérgicos.
Las condiciones climáticas que vivimos este año, junto a la contaminación, tanto de partículas de polvo como de CO2, son un caldo de cultivo excelente para la aparición de rinitis y conjuntivitis que, a priori, son más propias de la primavera.
En esta época está causando estragos el ciprés, que normalmente florece de febrero a abril y no tendría por qué afectar a estas alturas.
El paciente asmático lo es durante todo el año y cuando hay contaminación ambiental se sensibiliza. Los episodios de polvo del desierto han sido la constante en los últimos meses.
Ahora en otoño lo más normal es que haya alergia a los ácaros, pero también lo normal sería que lloviera, y de momento ni está ni se la espera.
Los médicos siempre recomiendan medidas de prevención, perseverancia con el tratamiento médico, que suele ser crónico, y vacunas.