Casi 2.000 personas han presenciado este acto, que ha precedido a una procesión por las calles del casco histórico de vuelta a su templo en Capuchinos.
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha presidido la Coronación Canónica y Pontificia de María Santísima de la Paz y Esperanza, después de que no pudiera celebrarse con anterioridad a causa de la pandemia del Covid-19. Unas 2.000 personas han asistido al acto que ha tenido lugar en la Mezquita catedral.
La imagen de María Santísima de la Paz y Esperanza fue trasladada el pasado sábado desde Capuchinos hasta la Catedral para el acto. Tras la coronación, la virgen ha recorrido en procesión el camino de vuelta hasta su sede.
El obispo aludió en otro momento a los tres aspectos fundamentales de una coronación pontificia, que son: encargar la corona, la catequesis para explicar qué significa una coronación y la obra social que brota de la caridad, centrada en este caso en atender a los más pobres, "como a la Virgen le gusta", a través de la Residencia San Gabriel, ubicada en el antiguo seminario de Hornachuelos (Córdoba).
Por su parte y también en la presentación de la coronación, el hermano mayor de La Paz y Esperanza, Enrique Aguilar, ya explicó que, tras el obligado paréntesis del Covid, la hermandad reanudaba su actividad, en especial la preparatoria de la coronación, a la vez que mantenía su "compromiso evangelizador y caritativo".
Junto a ello, destacó que, "desde hace seis años que decidimos iniciar el proceso de coronación a María Santísima de la Paz y Esperanza, hemos sentido el apoyo del obispo, del vicario general y del Cabildo Catedral, lo cual nos hace tomar impulso para seguir tras el duro golpe que recibimos con la pandemia".
Además, siguiendo con el lema de 'Córdoba, corona de la paz', la Hermandad de la Paz y Esperanza ha recuperado también su agenda con la puesta en marcha de exposiciones, conferencias, un 'Vía Lucis' y los 'Miércoles de Paz', entre otros actos.