Isak Andic se despeñó por un monte en diciembre de 2024 cuando paseaba con su hijo Jonathan, que ahora pasa de testigo a investigado.
Incongruencias en sus testimonios habrían llevado a los Mossos a sospechar que la muerte del empresario pudo no ser un accidente.
La muerte Isak Andic pudo no ser un accidente. Así lo cree la jueza que indaga el caso del fallecimiento del fundador de Mango, que se despeñó por un monte el diciembre de 2024, y que ha cambiado de testigo a investigado la condición legal de su hijo Jonathan, que le acompañaba en el momento de la fatal caída. Ahora los Mossos d'Esquadra investigan este caso como un posible homicidio.
El juzgado de instrucción número 5 de Martorell (Barcelona) archivó provisionalmente la investigación el pasado mes de enero, después de que los Mossos concluyeran que la muerte de Andic fue accidental, pero lo reabrió dos meses después para practicar nuevas diligencias.
Inicialmente, la Policía catalana concluyó que Andic, que había salido de excursión con su hijo mayor para hacer una ruta por las cuevas de salitre de Collbató (Barcelona), falleció tras resbalar en uno de los senderos y caer al vacío desde unos 150 metros de altura.
No obstante, según revela este viernes el diario El País, ciertas incongruencias en las declaraciones del hijo del empresario alimentaron las sospechas de los Mossos, que optaron por llevar a cabo nuevas diligencias para aclarar si la muerte del fundador de Mango era un accidente de montaña o un homicidio.
En un comunicado, un portavoz de la familia del fundador de Mango recuerda que en todos estos meses transcurridos desde su muerte no ha hecho comentarios sobre la misma ni lo hará, pero se ha mostrado convencida de que este proceso "terminará lo antes posible y se demostrará la inocencia de Jonathan Andic".
"Eso sí, quiere mostrar su respeto con las diligencias que se han practicado al respecto y seguirá colaborando como hasta ahora con las autoridades competentes", añade el comunicado de la familia.
El caso está bajo secreto judicial.