Dos meses de confinamiento

En estos 60 días han cambiado muchas cosas en las sociedad, la primera y principal el recorte de nuestras libertades civiles. La más dura, la falta de contacto físico y no salir de casa.

Otro asunto ha sido la higiene, para evitar el contagio, lavado de calles y edificios. Hemos tenido que aprender y a cómo lavarnos las manos. Y al uso de las mascarilla para evitar una enfermedad que se transmite por la respiración.

El teletrabajo, ha sido otra novedad, una opción que sólo ofrecían las empresas más innovadoras. Y mientras los padres trabajan en casa los hijos tele estudian. A la hora del recreo se jugaba con mamá y papá. La imaginación llegó incluso al deporte. Internet ha ayudado a no perder la forma.

Un triste dato son las más de 800 mil propuestas de multa por saltarse el confinamiento.

Hemos descubierto lo necesaria que es una buena red sanitaria y a los miles de héroes que trabajan en ella. Cientos de sanitarios han muerto cuidando de nuestra salud. A las ocho de la tarde salimos a los balcones para darles las gracias por su entrega.

Estos balcones también han protagonizado la vida social de los españoles. A través de ellos hemos conocido a nuestros vecinos y ayudado en sus necesidades. Hemos recuperado esa humanidad que las prisas habían relegado al olvido.

Ahora la mayor parte de Andalucía está en la fase 1 y podemos salir de casa a determinadas horas, podemos ver a nuestros seres queridos, pero sin tocarlos, compartir coche y viajar en trasporte público, con mascarilla y guardando las distancias.

Quizás lo más importante que hemos aprendido en estos 60 días de confinamiento es que si no es cumpliendo las normas todos juntos, nunca nos libraremos del covid-19. Y los 60 días se pueden convertir en 120 o incluso más.

Son imágenes de hace 60 días, cuando que se declaró el estado de alarma en España y de hoy. En estos dos meses hemos pasado de una tasa de contagio del 30% al 1%. Y de comercios cerrados y calles desiertas a una tímida apertura.