Las clases en infantil y primaria han comenzado y la Junta de Andalucía afirma que los colegios son espacios seguros.
La plataforma Escuela de Calor denuncia las carencias de los centros educativos andaluces.
Determinar cuantas familias estan secundando la protesta y cuantos niños están faltando a clase por este motivo no es tarea fácil.
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De ahora en adelante, y quien sabe por cuanto tiempo, para cientos de niños su casa va a ser su aula, su pupitre, los apuntes, el comedor escolar, la sala de usos múltiples o el patio de recreo. Cientos de familias andaluzas, han decidido no llevar a sus hijos al colegio para denunciar la falta de medidas de seguridad contra el coronavirus en los centros educativos. Una medida inédita en nuestro sistema educativo. El curso ha comenzado con muchos pupitres vacíos.
Las clases en infantil y primaria han comenzado y la Junta de Andalucía afirma que los colegios son espacios seguros, más seguros incluso que el entorno familiar de los niños.
Rocío no está en absoluto de acuerdo y advierte de la grave contradicción que supone que las autoridades sanitarias promuevan medidas sanitarias y de seguridad en los espacios públicos que los colegios no están en condiciones de cumplir por falta de medios.
La plataforma Escuela de Calor, creada hace ahora tres años para denunciar las carencias de los centros educativos andaluces, aglutina este el movimiento que rechaza la asistencia clase en las actuales circunstancias.
Determinar cuantas familias están secundando la protesta y cuantos niños están faltando a clase por este motivo no es tarea fácil, habida cuenta de que la consejería de educación permite desde el jueves la incorporación escalonada a los centros educativos. Aun así, la inquietud entre padres y docentes es un hecho y a los abogados de familia se les acumula el trabajo. Las consultas sobre como actuar sin incurrir en absentismo han sido sido constantes durante todo el verano.
En Andalucía se considera absentismo faltar a clase sin justificación cinco días consecutivos, en el caso de la educación primaria, y más del 25 por ciento de las horas lectivas en el caso de secundaria. Por lo general, se trata de un asunto interno que suele resolverse desde el propio centro y sin que medien los servicios sociales.