El desafío de Leonor

En el Congreso están dando los últimos retoques para acoger este martes lo que será uno de los acontecimientos del año. La jura de la Constitución de la princesa Leonor, coincidiendo con su 18 cumpleaños. Un acto solemne, con consecuencias institucionales, que le llevará a afrontar nuevos desafíos y responsabilidades. La más inmediata: la de estar lista para asumir la Jefatura del Estado si fuera necesario. Será también la primera heredera que jure en casi 200 años una Constitución, una Constitución que, paradójicamente, la discrimina como mujer, y la cuarta reina de España, regentes aparte, tras Isabel de Castilla, Juana la Loca e Isabel II.

Nos cautivó en la presentación de su hermana Sofía, desde niña siempre revoloteando al lado de su padres. Miradas cómplices que hoy aún perduran. Su vida, salvo excepciones, ha discurrido fuera de los focos. Años a buen recaudo en los que la hemos visto crecer, a modo de pequeños destellos, en sus vueltas al cole, vacaciones familiares o en los Premios Princesa de Asturias.

La niña de cara amable y eterna sonrisa se hizo mayor. Le llega la hora de asumir las obligaciones que la edad y la Constitución le imponen. Entre ellas, la de representar al Estado. "Entiendo muy bien y soy consciente de cuál es mi deber y de lo que implican mis responsabilidades”, ha dicho en alguna de sus intervenciones.

A sus 13 años la pequeña Leonor ya anticipaba en su primer acto oficial, el papel reservado para ella: el de futura reina y jefa del Estado, un cargo con el que cinco años después se comprometerá ante la sede de la soberanía nacional. La princesa Leonor jurará la Constitución el día que cumple 18 años en el Congreso, en una sesión extraordinaria ante diputados y senadores de muy diferente signo y sensibilidad hacia la Corona. Será un acto simbólico, sí, pero de gran trascendencia porque asume los principios constitucionales y garantiza la continuidad de la monarquía.

Un acto con las sonadas ausencias en las filas independentistas y republicanas pero con la solemnidad de las grandes ocasiones. La puerta de los Leones se abrirá, habrá música y honores militares. Dentro, en un hemiciclo reformado, entre terciopelos y tapices , veremos a una hija , ante su padre, repetir el juramento que él ya hizo a sus 18 años. Mismo guion y escenografía para un acontecimiento histórico e inédito a la vez. Un compromiso que ha tenido como preámbulo su reciente jura de bandera

Otra de las escenas más fotografiadas del próximo martes tendrá lugar en el Palacio Real, el lugar donde la princesa recibirá el Collar de la orden de Carlos III, la distinción civil más importante en España. Será su segunda condecoración tras el toisón de oro que le fue otorgado a los 13 años.

El emérito será el gran ausente. No presenciará la jura de su nieta como nos recuerda esta periodista, que ha desgranado en varios libros los escándalos que llevaron a su abrupta abdicación. Don Juan Carlos sólo asistirá a la fiesta familiar por la tarde en El Pardo. La familia de Felipe VI no se reúne al completo desde hace cinco años.

La futura reina se enfrenta no obstante a grandes desafios y hoy a un contexto histórico más complejo que el que tuvo de su padre. El juramento del príncipe Felipe, del príncipe de Asturias, se da en un momento de paz política enorme. Asistió Jordi Pujol como presidente de la Generalitat. Estaba el problema de ETA pero las instituciones y la monarquía como institución también del Estado viven un momento realmente positivo. El rey Juan Carlos I está en su mejor momento y además España vive un momento de estabilidad. La última encuesta del CIS, en 2015, otorgó un suspenso de un 4,34 sobre 10 a Felipe VI.

La princesa está llamada a ser la primera mujer al frente de las Fuerzas Armadas. Tendrá tres años de aprendizaje militar, uno por cada ejército, antes de iniciar su carrera universitaria. Su incorporación al Ejército coincide con el 35 aniversario de la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas. Será también la primera heredera que jure en casi 200 años una Constitución, una Constitución que, paradójicamente, la discrimina como mujer. Leonor será la cuarta reina de España, regentes aparte, tras Isabel de Castilla, Juana la Loca e Isabel II.