Sonia de Paz Cantos, doctora en Ciencias de la Salud y experta en epidemiología, ha advertido en "La mañana de Andalucía" de lo nocivo que es dejar que los niños coman pegados a la pantalla del dispositivo móvil.
En "La mañana de Andalucía", Sonia de Paz Cantos, doctora en Ciencias de la Salud y experta en epidemiología, advierte que el uso excesivo de dispositivos digitales se ha consolidado como un problema de salud pública que afecta de manera colectiva a la población infantil y adolescente. Según la especialista, esta "vida apantallada" perjudica la salud visual y altera los ciclos de sueño-vigilia debido a la luz azul emitida por las pantallas antes de dormir, la cual afecta la producción de melatonina. Además, señala que el uso de redes sociales como TikTok o Instagram en las aulas impide que los jóvenes mantengan la atención necesaria para su aprendizaje educativo.
En su investigación doctoral realizada en Barcelona, De Paz documentó que muchos niños, incluso menores de cinco años, utilizan pantallas antes, durante y después de las comidas en establecimientos de restauración. Esta conducta provoca una pérdida de comunicación entre los menores y sus cuidadores, además de estar vinculada a la obesidad infantil. De la Paz explica que, al estar inmersos en el dispositivo, los niños "no están pendientes de lo que están comiendo" y no perciben la sensación de saciedad, reaccionando frecuentemente con rabietas cuando los padres intentan retirarles el móvil.
La experta enfatiza la importancia de distinguir entre el uso educativo -orientado al aprendizaje y limitado a menos de dos horas diarias- y el uso recreativo, que puede incluir contenidos violentos o no aptos para la edad del menor. Para revertir esta situación, apunta a los progenitores como la pieza clave del cambio: "Habría que educar a estos padres a través de salas de pediatría o charlas", ya que ellos representan el patrón y referente de uso para sus hijos. Según la doctora, los niños de corta edad simplemente hacen el uso de la tecnología que sus padres les facilitan.
Finalmente, la especialista destaca la necesidad de una mayor concienciación en España, donde el 75% de la población no es consciente de la gravedad de este problema. Toma como referencia el modelo de Australia, donde se ha aprobado prohibir el acceso a redes sociales a menores de 16 años mediante filtros de identificación. Para la especialista, es fundamental que el gobierno, el sector sanitario, el educativo y las familias trabajen de forma conjunta para garantizar un uso saludable y responsable de las tecnologías en las nuevas generaciones.