"Con emoción de padre y de rey", el Monarca ha asegurado en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias que le corresponde ceder espacio a su hija, la princesa Leonor, quien le había llamado momentos antes "boomer" en tono de broma.
Felipe VI ha advertido este viernes desde Oviedo, en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, de los dos extremos inquietantes entre los que se debate el mundo actual: un individualismo radical y una globalización que degrada la diversidad y ante los que ha apostado por la educación en valores. En su discurso en la ceremonia, que ha presidido junto con la reina, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y a la que ha asistido también la reina Sofía, el rey ha recalcado que la convivencia democrática "tiene su gran pilar en la educación".
Por ello, se ha mostrado convencido de que, "mientras seamos capaces de inculcar en quienes vienen detrás de nosotros los principios y valores por los que hemos luchado, les estaremos dando las herramientas para construir su futuro". Porque, ha dicho, el mundo se debate "demasiado a menudo entre dos extremos que son, por igual, inquietantes", por un lado el cultivo de un individualismo radical que, si no se embrida de algún modo, puede llevar tanto a la indiferencia como a la soledad". Y ha llamado la atención sobre lo paradójico que es que sociedades tan interconectadas como las actuales "estén tan solas, se sienten solas o tienen problemas para comunicarse".
Por otro lado -ha agregado Felipe VI- existe una "pulsión globalizadora que todo lo homegeneiza, que oscurece las diferencias, las singularidades, que degrada la diversidad" en favor de comportamientos gregarios, sujetos muchas veces a los dictados de una red, un algoritmo o una pantalla. Y ante estos extremos ha abogado por la educación, que no significa negar la realidad ni huir de los cambios tecnológicos sino encontrar un camino intermedio entre el respeto por lo colectivo y el valor del individuo.
Una dimensión muy presente en los premios Princesa de Asturias, ha considerado el jefe del Estado, que ha admirado el camino recorrido por los galardonados y cuyo ejemplo puede inspirar para mejorar el mundo actual, ha asegurado.
"Con emoción de padre y de rey", Felipe VI ha asegurado este viernes en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias que le corresponde ceder espacio a su hija, la princesa Leonor, como heredera de la Corona, un acto que el jefe del Estado ha protagonizado durante más de cuarenta años. "En consecuencia, me corresponde —creo yo— ir cediéndole ya este espacio, como heredera de la Corona y como presidenta de honor de la Fundación desde hace 11 años", ha dicho.
Ha sido en el discurso -este año más largo que el anterior, en virtud de este creciente protagonismo de la princesa- donde Leonor de Borbón ha recordado que "aun siendo de la generación zeta e hija de una equis y de un boomer" tenía la sensación de que una carta permite pararse, profundizar y pensar más. Y por eso ha dedicado una importante parte de su intervención a glosar las cualidades de los galardonados este año en una "carta" con "envío postal de viva voz" a cada uno de ellos y que ha leído aún en estos tiempos de "inmediatez, de fugacidad, de virtualidades, de bits".
La princesa Leonor ha agradecido al demógrafo estadounidense Douglas Massey, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, un trabajo que permite "comprender en toda su dimensión el gran desafío que tienen hoy muchos gobiernos con la inmigración", que "ha roto las narrativas simplistas y ha formulado políticas migratorias basadas en datos y no en desinformación". Doña Leonor ha recordado que Massey incide en que la inmigración conlleva costes y beneficios, y que el problema es que "los costes se producen de forma desproporcionada en el presente y en el ámbito local, mientras que los beneficios se acumulan en el futuro y en el ámbito nacional".
"Lo ha defendido con datos hasta la saciedad, metiéndose en el centro de la discusión política con ataques desde diferentes ámbitos políticos", ha añadido la princesa tras reconocer que la complejidad del fenómeno migratorio nos desborda.
Durante su discurso, doña Leonor ha hecho, en forma de carta, una semblanza de cada uno de los ocho galardonados con los Premios Princesa de Asturias 2025.
Al economista y político italiano Mario Draghi, Premio Cooperación Internacional 2025, le ha agradecido su "acto de confianza en el proyecto europeo en uno de sus momentos más frágiles" y la idea de que "juntos somos más fuertes".
Tras recordar que en su etapa como presidente del Banco Central Europeo Draghi dijo que haría lo necesario por salvar el euro, la princesa ha señalado que sus palabras, además de calmar los mercados, "encerraban un mensaje más profundo que el de la estabilidad financiera: la defensa de los valores europeos, de la solidaridad entre países y de la idea, no por repetida menos valiosa, de que juntos somos más fuertes".
De Serena Williams (Deportes) ha considerado que nadie podría entender el tenis sin ella porque lo transformó "en un deporte más rápido y explosivo", en una trayectoria de casi 30 años en los que demostró que "la grandeza no está en ganar siempre, sino en la capacidad de levantarse, aprender y seguir adelante". Y, ahora, como empresaria "sigues demostrando que tu espíritu competitivo también se refleja en la vida, ha dicho la princesa de Asturias, quien también ha recordado la figura de su hermana Venus.
A Eduardo Mendoza le ha agradecido la felicidad que le ha proporcionado su lectura, pero también la "curiosidad" por palabras que los jóvenes como ella no conocen, como "fámula, badulaque, enteco, masovero, chafarrinón", términos que dijo no sabía cómo iban a poder interpretar los traductores de la ceremonia. "Te llamas artesano de la palabra y lo dices con el humor fino y socarrón del barcelonés al que adorna un barniz cervantino, un poco británico, un poco neoyorquino y, a partir de ahora, también un poco asturiano", le ha dedicado la princesa al escritor.
De Mary-Claire King (Investigación Científica y Técnica), la genetista estadounidense, ausente de la ceremonia por una indisposición, ha alabado sus logros en la investigación en torno al cáncer de mama y de ovario, lo que permitió la identificación de unos genes con susceptibilidad a este tipo de tumores "de tanta importancia científica, médica y emocional".
Además, ha destacado su compromiso social al contribuir con sus conocimientos en genética a que los nietos de los desaparecidos por la represión de la dictadura argentina hayan podido reunirse con sus familias.
La heredera de la Corona, que ha confiado en "tener la suerte" de adentrarse algún día en ese bosque de Chapultepec y "admirar más de tres mil años de historia", ha alabado a Museo Nacional de Antropología de México (Concordia), una institución que "cuida, exhibe, conserva y difunde el legado prehispánico y la cultura indígena de México". Para doña Leonor, el museo "proyecta con vigor la fuerza de un pueblo que se mira a sí mismo con orgullo y que muestra al mundo su generosidad para compartir" su historia "en un gran ejercicio de concordia".
De la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide (Artes) ha destacado un trabajo marcado por las palabras "esperar" y "paciencia", lo que "no abundan en estos tiempos". Se trata de "una fotógrafa sin prisa, con vocación de escritora, estudiosa del cine y gran lectora", y "una artista que ha plasmado la fuerza de las mujeres, la de la zapoteca de las iguanas, también de la mujer seri de Sonora, la 'Mujer Ángel' que enlaza presente y futuro en aquel desierto", ha enumerado en referencia a fotografías icónicas de Iturbide.
Al pensador alemán Byung-Chul Han (Comunicación y Humanidades) le ha agradecido que desde su pensamiento invite a practicar la paciencia, la introspección y la lectura profunda en el tiempo del apresuramiento. Lo ha hecho después de preguntarse cómo, sobre todo los más jóvenes, pueden recuperar la trascendencia para que la vida no sea, como dice el filósofo alemán, la mera satisfacción de necesidades y la exhibición narcisista de un optimismo que confundimos con verdadera esperanza en medio del ruido de los datos y de la desinformación, y por lo tanto, tan lejos del verdadero conocimiento.
