Tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol y otros tres exdirectivos por el beso no consentido a la futbolista.
Tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso.
En esta jornada le ha tocado el turno de declarar al hermano de la jugadora, Rafael Hermoso, y a una de sus compañeras, entre otros testigos. Ambos han coincidido en reconocer que Jenni Hermoso sufrió presiones para que restara importancia a los hechos.
Además se ha conocido que Rubiales renuncia a que sus hijas testifiquen en el juicio en que debe responder a los cargos de agresión sexual y coacciones a la futbolista.
Tras la solicitud de la abogada de Rubiales, el magistrado José Manuel Fernández-Prieto ha dado por "renunciadas" a las testigos, cuya comparecencia estaba prevista el próximo día 10 por videoconferencia.
En un principio, Rubiales solicitó la declaración de sus hijas porque ambas estuvieron en la final del Mundial femenino de Fútbol en Sídney y viajaron de vuelta en el avión a España junto a las jugadoras, sus familiares y amigos, y los miembros de la RFEF.
Consideraba la defensa del expresidente que podían aportar "elementos valorativos" sobre los hechos que se juzgan y que, además de a Rubiales, sientan en el banquillo al exseleccionador femenino Jorge Vilda, al exdirector de la selección masculina Albert Luque, y al exjefe de marketing de la Federación, Rubén Rivera.
Jennifer Hermoso negó este lunes que diera permiso a Rubiales para besarle en la boca y declaró que este le "faltó al respeto". "Sentí que estaba fuera de contexto totalmente. Sabía que me estaba besando mi jefe y eso no debe de ocurrir en ningún ámbito laboral o social", resaltó en su declaración en el juicio contra el exmandatario.
El expresidente de la Federación Español a de Fútbol se enfrenta a una petición por parte de Fiscalía de dos años y seis meses de cárcel. Los hechos sucedieron el 20 de agosto de 2023 en Sídney (Australia), en la entrega de medallas a las jugadoras de la Selección española femenina de fútbol tras su victoria en la final del Mundial.