El pleno de la Cámara ha avalado su constitución con el apoyo de la amplia mayoría formada por PSOE, Unidas Podemos, grupos soberanistas y Cs.
La Operación Kitchen encierra un supuesto entramado para espiar desde Interior al extesorero del PP Luis Bárcenas para frustrar la investigación de Gürtel.
Entre los comparecientes podrían figurar Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría o Jorge Fernández Díaz.
El Congreso ha puesta en marcha este jueves la creación de la comisión de investigación parlamentaria al PP por la llamada Operación Kitchen, ya que el pleno de la Cámara ha avalado su constitución con el apoyo de la amplia mayoría formada por PSOE, Unidas Podemos, grupos soberanistas y Cs. La Operación Kitchen encierra un supuesto entramado para espiar desde Interior al extesorero del PP Luis Bárcenas con el objetivo de frustrar la investigación de Gürtel. La Operación Kitchen también está investigada por la Audiencia Nacional.
El popular es el único de los principales partidos que se ha opuesto a la creación de esta comisión, mientras que Vox se ha abstenido, ya que, como ha destacado su número dos en el Congreso, Macarena Olona, las informaciones que se han ido conociendo son graves y revelan que "se prostituyeron las instituciones del Estado".
El debate que ha precedido a la votación (206 votos a favor, 88 en contra y 54 abstenciones) ha sido áspero y bronco, pues ha estado plagado de acusaciones entre los diputados y numerosas referencias a casos de corrupción, desde los ERE de Andalucía a la Gürtel.
Una vez recabado el apoyo del pleno, tendrá que constituirse formalmente la comisión mediante la elección de los miembros de la Mesa y la designación de los diputados que intervendrán.
El primer cometido de esa mesa será la concreción de un calendario y un plan de trabajo, lo que incluye la aprobación de los comparecientes. El expresidente del Gobierno y del PP Mariano Rajoy, e incluso su sucesor, Pablo Casado, son nombres que barajan los grupos proponentes de la comisión.
La comisión de investigación sobre la Operación Kitchen, que afecta de lleno al PP por la presunta implicación de exaltos cargos del partido, ha comenzado este jueves su andadura en el Congreso con un debate en el pleno bronco y crispado, plagado de acusaciones y referencias a casos de corrupción.
Entre los comparecientes podrían figurar Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría o Jorge Fernández Díaz.
Todos son ex altos cargos del PP y del Gobierno, aunque los planes de los grupos parlamentarios proponentes, el PSOE y Unidas Podemos, apuntan también a Pablo Casado, líder actual de los populares, e incluso a su número dos, Teodoro García Egea.
El reglamento del Congreso hace obligatoria la asistencia si la mayoría de la futura comisión tramita la citación por conducto de la Presidencia de la Cámara.
Unidas Podemos ha dejado ya claro que quiere que Rajoy y Casado comparezcan, en tanto que el PSOE ha optado por esperar a la constitución de la mesa para desvelar a quiénes llamará.
A tenor de la envergadura de los dirigentes que los grupos barajan como comparecientes, el PP teme que la comisión sea "un show" destinado únicamente a hostigar al partido, en versión de fuentes de la dirección parlamentaria.
Por ello, el popular ha sido el único de los grandes grupos que se ha opuesto en el pleno de este jueves a que la comisión se ponga en marcha. Se le ha unido Foro, la formación asturiana.
Dentro del mismo bloque de oposición, Vox se ha abstenido y Cs, como ha reiterado su portavoz adjunto, Edmundo Bal, ha votado a favor.
Sus posiciones han resonado en un debate áspero y tumultuoso en ocasiones, ya desde la primera intervención del diputado del PSOE Felipe Sicilia.
Intervención que ha sido un correlato de lo que hasta la fecha se conoce sobre la Operación Kitchen; según ha recalcado, Casado "no es ajeno".
"Esperamos que dé explicaciones", ha puntualizado acto seguido, en lo que puede ser un anticipo de una futura comparecencia.
Sicilia ha insistido en la gravedad de la Kitchen porque se trata de "una trama de corrupción" (el diseño de un entramado parapolicial para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas) destinada a tapar "otra trama de corrupción", la Gürtel.
Ha instado al Partido Popular a demostrar ya este jueves que "no son una trama, sino un partido" y a apoyar la comisión.
No ha sido el caso, como se ha encargado de corroborar la diputada del PP Ana Belén Vázquez. Además de defender a su formación y de rechazar la investigación a un Gobierno de hace nueve años, ha contraatacado a PSOE y a Unidas Podemos, y así, ha enumerado los ERE o la financiación "ilegal" de la formación de Pablo Iglesias.
Vázquez ha recalcado que la comisión es "una farsa" destinada a "tapar" la gestión de la pandemia de "un Gobierno miserable" y ha insinuado que las conclusiones de los trabajos ya están hechas.
El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, le ha contestado así: "La diferencia entre su partido y el mío es que ustedes tienen a gente en la cárcel y sus denuncias contra mi partido han sido archivadas, así que antes de hablar de la financiación de mi partido, lávense la boca con jabón".
La diputada del PP ha abogado por esperar al desenlace de la investigación judicial en marcha, algo en lo que ha coincidido la representante de Coalición Canaria, Ana Oramas.
Oramas, con todo, ha expresado su estupor por el tono del debate y ha parafraseado una afirmación célebre de Mafalda, el personaje creado por Quino, fallecido ayer miércoles: "Paren este Congreso que yo me bajo".
Edmundo Bal ha reconocido sentir "vergüenza" por las acusaciones que se han cruzado PSOE y PP, más pendientes de "la corrupción ajena que de la corrupción propia".
Portavoces como Aitor Esteban, del PNV, ha rechazado el emplazamiento a esperar a que los tribunales dicten sentencia antes de proceder a la investigación parlamentaria; son planos diferentes, ha explicado, ya que en el Congreso se pretende dirimir las responsabilidades políticas, si las hubo.
El PNV ha apoyado la comisión, al igual que JxCat, EH Bildu, la CUP, BNG, Más País, Compromís y casi todas las fuerzas regionalistas.
Y ERC, cuyo portavoz, Gabriel Rufián, ha acusado al PP de ser "una maquinaria de corrupción"; le ha advertido de que "la basura siempre flota".
Vox se ha abstenido, tal y como ha manifestado su secretaria general parlamentaria, Macarena Olona. Su grupo será muy activo en la comisión porque considera que aquello sobre lo que versa es "grave", pero, ha añadido, no la respalda porque PSOE y Podemos "carecen de legitimidad" para promoverla.