Sam Schmidt, tetrapléjico, vuelve a conducir un coche de carreras
Sufrió un terrible accidente en la Indycar en el año 2000 que lo dejó paralizado de cuello para abajo
21 años más tarde, la tecnología y la fuerza de voluntad de Sam han obrado el milagro
Cuando Sam Schmidt sufrió el accidente, hace 21 años, los médicos le dijeron que viviría conectado a un respirador el resto de su vida. Seis semanas después respiraba por sí solo.
Un año más tarde creaba su equipo de Indie Car, Arrow McLaren. Sam Schmidt siempre soñó con las carreras. El azar terrible le rompió el sueño en pedazos, pero, incansable, él los ha ido pegando uno a uno.
En 2013 inició un proyecto que suena a ciencia ficción: crear un coche que él mismo pudiera conducir.
Un Chevrolet Corvette modificado. Tiene cámaras infrarrojas que detectan los movimientos de la cabeza del conductor. Para acelerar y frenar, Schmidt usa su respiración, inhalando y exhalando a través de un sensor de presión.
"Fue mi pasión toda la vida" -cuenta Sam-, "luego sucede esto y pone las cosas patas arriba. Pero un año después del accidente decidimos comenzar el equipo. Y luego llegó Arrow con la propuesta de crear un coche para alguien que no pueda usar manos y piernas".
Sam ha vuelto a conducir un coche de carreras. Un exoesqueleto le permitió entrar andando y bailar con su hija el día de su boda. Cuando le preguntan cuál es el límite, responde "el cielo es el límite". En su caso no es una metáfora, y se plantea volar un día al espacio.
