El jugador internacional español, uno de los mejores de la historia, ha puesto fin a su carrera en la NBA, de cuya liga se había apartado para cuidar de su salud mental.
La carrera de uno de los mejores jugadores de baloncesto de nuestro país, Ricky Rubio, está llegando a su fin. El 5 de agosto del año pasado, en vísperas de un Mundial, en plena concentración con la selección española, anunció que paraba su actividad profesional para cuidar su salud mental.
El pasado jueves anunció su retirada definitiva de la NBA, donde militaba en los Cleveland Cavaliers, por idéntico motivo. Cerraba así un periplo de doce temporadas en la mejor liga de baloncesto del mundo con una trayectoria brillante.
Su palmarés incluye dos oros y dos bronces europeos con la selección española y dos medallas olímpicas. Y a nivel de clubes logró tres copas del Rey, una con el Joventut, el equipo donde se hizo jugador, y dos con el Barcelona, además de la Euroliga de 2010, también con el conjunto azulgrana. Una excelencia reconocida con la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo.
La máxima distinción que un deportista puede recibir en España reconoce también el valor de Ricky Rubio más allá de las canchas a través de la fundación que lleva su nombre, que desarrolla distintos proyectos de carácter social y está implicada en la visibilización de la salud mental.