El catedrático Enrique Salvo explica cómo el calor otoñal está anulando los hábitos de estas aves, que ya no sienten la necesidad de volar en busca de climas más favorables.
El cambio climático y el consiguiente ascenso de las temperaturas en otoño está anulando los hábitos migratorios de las cigüeñas. Un cambio fácil de comprobar estos días, por ejemplo, en Málaga.
El número de desplazamientos de estas aves al continente africano se está reduciendo de manera progresiva. Un fenómeno que el catedrático de Cambio Climático de la Universidad de Málaga (UMA) Enrique Salvo Tierra explica. "Las más jóvenes todavía se atreven pero las cigüeñas adultas se quedan" porque a este lado del Estrecho las condiciones climáticas le son favorables y no necesitan ir en busca de tierras más cálidas.
En la capital malagueña es fácil verlas en muchos puntos. El catedrático de la UMA también destaca la facilidad para encontrar alimento. "Los vertederos de basura son los economatos de estas especies", dice
Este cambio de conducta en las cigüeñas hoy sorprende a los investigadores pero anticipan que se convertirá en el patrón normal en los próximos años.