Aunque Girona perdió y era posible seguir soñando en la última jornada como las dos temporadas anteriores, los granadinos no cumplieron con su parte y la derrota le condena a dejar la máxima categoría.
El descenso del Covirán Granada, certificado este domingo al perder por 79-67 en la pista del Real Madrid, ha puesto fin a un sueño de tres temporadas, que han sido las que ha estado el club granadino en la elite.
La escuadra dirigida por Pablo Pin pierde la categoría cuando falta una jornada para el término de la fase regular, por lo que se convierte en intrascendente el choque del próximo viernes ante el Morabanc Andorra en el Palacio de Deportes de la capital granadina, en el que se despedirá de la categoría.
El Covirán se vio afectado a mitad de temporada por una extensa plaga de lesionados que le llevó a perder a varios de sus mejores jugadores, lo que a posteriori ha resultado clave para el posterior desenlace. El club andaluz recurrió al mercado tarde y se dejó por el camino partidos clave ante rivales directos que le dejaron en una posición clasificatoria muy complicada.
A pesar de su reacción final, con tres victorias en cuatro jornadas antes de visitar al Real Madrid, la decepción para la parroquia granadina ha llegado con el descenso del equipo, que justo en la anterior jornada ante el Breogán cumplía cien partidos en la Liga Endesa. De dar la sorpresa en Madrid, hubiera llegado vivo a la última jornada dado que el Girona, su rival por la salvación, había perdido y aún hubiera sido posible el milagro.
El Covirán Granada ya había tentado la suerte en las dos temporadas anteriores con dos agónicas salvaciones en la última jornada y dependiendo de otras canchas, pero en esta ocasión no ha podido repetir la permanencia.
En cualquier caso, y partiendo siempre con el presupuesto más bajo de toda la categoría, la estancia en la élite ha sido para el equipo granadino un premio al trabajo bien hecho desde que el club se fundara hace trece años, empezando a competir en las categorías regionales más modestas.
Su presencia en la máxima categoría ha estado respaldada por una amplia masa social en forma de patrocinadores y de aficionados que garantizan la continuidad del proyecto, aunque sea en una categoría menor. El club que preside Óscar Fernández-Arenas acometerá una profunda renovación en su plantilla para buscar el retorno a la Liga ACB lo antes posible.
La gran duda de cara al futuro está en su entrenador, un Pablo Pin que es el único técnico que ha tenido el equipo desde su nacimiento y que ya se ha convertido en uno de los preparadores españoles con mejor cartel gracias a su crecimiento en las últimas campañas.
Pin admitió que se trata de "un momento duro", que hace que "el vestuario esté jodido", pero subrayó que el descenso "forma parte del crecimiento del club", con solo trece años de historia. y sobre su futuro al frente del banquillo, se limitó a decir que su mente solo pasa por ganar en la última jornada en casa al Morabanc Andorra "por respeto al club y a la afición" y para despedir la temporada de la mejor manera posible. "Tenemos que dar el 200 por ciento. Mi objetivo es ganar el viernes, me da igual lo demás. A partir de entonces, ya veremos que lo que pasa en el futuro", ha precisado.