Antas, epicentro de la civilización argarica en el sureste español
Una nueva investigación revela que las mujeres del núcleo de población de Antas eran repartidas por poblados del entorno para evitar la mezcla de sangre entre familias.
La figura de la mujer jugaba un papel fundamental en la civilización de El Argar de hace 3.500 años, que tiene su epicentro en el municipio almeriense de Antas. Desde este núcleo las menores eran intercambiadas por diferentes poblados, repartidos por Almería, Granada, Jaén, Murcia y Alicante, para evitar la relación de sangre entre las familias.
A 5 metros de profundidad, el yacimiento arqueológico de El Argar en Antas, que data del 2.200 al 1.550 a.c., esconde secretos de 1.000 tumbas. En concreto, un estudio publicado en la revista Nature, basado en el análisis de 68 cuerpos de esta civilización de hace 3.500 años, localizados en excavaciones en Murcia, revela que ninguno de los restos femeninos adultos tenía relación genética entre sí. Desde el yacimiento almeriense, las mujeres eran enviadas a otros poblados, repartidos en 35.000 km2 entre las provincias de Almería, Jaén, Granada, Alicante y Murcia.
La recuperación arqueológica del núcleo del El Argar, que está pendiente aún de un proyecto para excavar dos hectáreas de terreno, desvelará secretos de una civilización que, según los investigadores, contaba con su Parlamento y la uniones matrimoniales eran temporales y solubles. O lo que es lo mismo, la sociedad aceptaba la separación o divorcio.
