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Emprendedores andaluces que abren camino en la adversidad

La crisis puede ser una oportunidad. Eso lo han entendido los protagonistas de este espacio de Los Reporteros a los que conocemos: desde recuperar la receta el garum a competir con Amazon en la venta de césped artificial. 

CANAL SUR MEDIA 13 noviembre 2022

Nuestros siguientes protagonistas comprendieron un día que una crisis puede también convertirse en una oportunidad. Aprovechar lo que otros tiran para convertirlo en algo útil, compartir terrenos que no se pueden mantener o recuperar recetas ancestrales y transformarlas en un producto gourmet. Son ejemplos de la experiencia de muchos andaluces con visión de futuro: utilizan su talento para reinventarse en la adversidad, impulsando empresas con proyección. Los conocemos en Los Reporteros.

Decía Leonardo Da Vinci que los hombres geniales empiezan las grandes obras pero son los hombres trabajadores quienes las terminan. Y ese es precisamente nexo común de los protagonistas que traemos a colación: andaluces anónimos, pero capaces de reinventar o reinventarse y que pese a las dificultades y la competencia hacen avanzar o van por delante en su sector.

Se llama Juan, tiene 77 años y aunque citricultor hoy está aquí por su faceta innovadora a los problemas de bajos precios en la agricultura y la escasez de agua: ha sido el caso de este en otro tiempo naranjal reconvertido a parcelas con vigilancia  -y que ya va por su tercera ampliación- para  alquiler y asueto de aquellos que no cuentan tierra propia. Los huertos se han convertido en principal ocupación para una sesentena de arrendatarios pero la tenencia  de animales o el simple relax son otras alternativas.

Bien diferente ha sido la alternativa de este otro protagonista. Consciente de la cada vez mayor carestía de la alimentación animal, por la guerra de Ucrania, ha incorporado e incluso adaptado maquinaria para poder recoger y vender los rastrojos de hortícolas en el Bajo Guadalquivir, hasta la pasada campaña tan desaprovechados como en el pasado lo era la paja del cereal.

Les costará creerlo pero hoy este economista, huido de la dirección bancaria y que también probó suerte con la cinematográfica, come terreno a multinacionales como Amazon y Ali Baba en la distribución de césped artificial, hasta el extremo de haberle intentado absorber sus empresas.  24 diseños propios y una fibra casi única le llevan a facturar 5/6 millones de euros/año, dando trabajo a 30 personas y precisando almacenajes de 250.000 metros cuadrados, equivalentes a 70 campos de fútbol.

Pero si de un hecho diferencial en un sector podemos hablar ese sin duda es el caso de esta empresa vinagrera de Jerez, que en colaboración con un amplio equipo interdisciplinar de las universidades de Sevilla y Cádiz ha sido capaz de recuperar del pasado el mítico garum, aquella salsa fermentada de pescado con la que los romanos regaban todos sus ágapes. Su iniciativa posibilita ventas sin competencia de 4000 litros/año.

Pocas tecnológicas con apenas 3 años y sin sacar su producto al mercado pueden decir que tengan 8000 preventas, pero es el caso de  la malagueña OWO, radicada en  el Polo Nacional de Contenidos Digitales. Reconocida con premios, como el del producto más  innovador en el CES de EE UU o el Emprende XXI, su chaleco de sensaciones físicas reales es fruto de financiación privada: 2,1 millones de euros, que reportarán pingües dividendos del mundo del videojuego, los móviles, el cine, la televisión, el deporte o el propio ejército de EEUU. 2000 unidades salen esta semana a la venta. 

A la vista de los protagonistas, convendría ir desechando aquella opinión, bastante generalizada durante décadas, que esgrimía un subdesarrollo estructural andaluz que sólo podía ser sobrellevado con asistencialismo y mucho folclore televisivo. Alejada ya de cifras africanas en educación, salud e industria, la Comunidad, pese a la actual coyuntura general, es uno de los motores económicos y culturales más dinámicos del país, como lo evidencian las cifras facilitadas por el propio presidente y organismos como el observatorio sobre el sector agroalimentario: a  la cabeza del Estado en  creación de autónomos, exportaciones y generación de empleo, sobre todo en el ámbito turístico, donde no sólo crecemos sino que figuramos por delante del resto. Tal vez es sólo cuestión de que nos lo creamos.

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