En "Los Reporteros" analizamos los pros y los contras del vapeo. ¿Son los vapeadores y cigarrillos electrónicos un buen método para dejar de fumar o son igual de perjudiciales para la salud que el tabaco?
Empresarios y usuarios sostienen que vapear es menos dañino y puede ser útil para dejar de fumar. Los médicos tienen datos que los contradicen.
En "Los Reporteros" analizamos esta semana los pros y los contras del vapeo. En octubre pasado entró en vigor la prohibición de la Unión Europea (UE) para la venta de tabaco con sabores para ser calentado en dispositivos electrónicos. Es un primer paso dentro del Plan de lucha contra el cáncer de la Unión Europea, que espera reducir el tabaquismo. Mientras, las tabacaleras trabajan en alternativas menos nocivas. Una de las más populares es el vapeo. Sus partidarios sostienen que vapear es menos dañino y puede ser útil para dejar de fumar.
El 20 por ciento de los jóvenes se declara vapeador. ¿Son estos dispositivos un aliado para dejar de fumar o perjudican a la salud? ¿Contiene sustancias nocivas que pueden provocar enfermedades pulmonares agudas? ¿Habría que regular su consumo?
Los dispositivos de vapeo, pese al objetivo de protección de la salud de la Ley de productos derivados del tabaco de 2017, no dejan de incrementar sus cuotas de mercado. También aumentan sus críticos, que piensan que se está siendo demasiado permisivos con unos ingenios que, aunque puedan no incorporar nicotinas, resultan lesivos para la salud.
El consumo de tabaco de sabores calentado se multiplicó por 20 entre 2018 y 2020. Y aunque su consumo principal es en Europa, con un peso en las ventas totales de tabaco que no llega al 4 por ciento, preocupa a la UE por su objetivo de reducir en 2040 la población fumadora del actual 25 % al 5 %. Aún así la prohibición de venta en la UE del tabaco calentado no afectará a la gran mayoría de preparados que se dispensan fuera del estanco.
El regalo de un vaper a una niña sevillana por su comunión, propagado en redes sociales, hizo tomar conciencia de la gravedad a organizaciones con décadas en la lucha antitabaco. Pero no ha sido un caso único. En un cajón del despacho del director del colegio público Paulo Osorio permanecen bajo llave dos cigarrillos electrónicos incautados a niños de 8 y 12 años, una requisa que ha llevado a los responsables del AMPA a una recogida con ya 25.000 firmas para que Sanidad regule su venta libre.
Carlos Spínola, como exfumador, representa a la perfección a los empresarios que integran la Unión de Promotores del Vapeo, con más de 400 establecimientos y 3.000 trabajadores. Enarbola evidencias científicas y resultados en países como Reino Unido o Francia, contra el anteproyecto del Ministerio de Hacienda para limitar sus productos a estancos, así como someter a revisión sus actividades publicitarias y promocionales.
Testamos la opinión de varios expertos en salud respiratoria, y las motivaciones y preferencias del más que diverso público usuario, donde, según los últimos estudios, se evidencia que un 20 por ciento de los jóvenes entre 14 y 18 años se declara fumador o vapeador y es precisamente en este estrato donde el cigarrillo electrónico tienen mayor éxito: lo utilizan un 21,5 %. Les siguen los de cachimba, con un 14,3; el cigarrillo tradicional, con un 13,1; y mezclas con cannabis, un 7,5.
La última encuesta de Sigma 2 para la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo refleja que el vapeo ha ayudado a dejar el tabaco tradicional a un 76 % de los preguntados en España.
En espera de una nueva ley regulatoria, la normativa actual restringe el vapeo en dependencias y medios de transporte públicos, centros sanitarios y docentes y recintos infantiles.