Bebés por contrato: ¿derecho o negocio?
La gestación subrogada es una práctica prohibida en España.
Sin embargo, cada año se inscriben en nuestro país cientos de niños concebidos por esta técnica.
¿Es el momento de regularla?
En "Los Reporteros" abrimos el debate.
El retraso de la maternidad, el aumento de la infertilidad, y el mayor número de solteros y parejas homosexuales han impulsado en los últimos años lo que unos llaman gestación subrogada y otros, vientres de alquiler. Se trata de una práctica que nuestras leyes prohíben, los médicos aceptarían en algunos supuestos y que divide a nuestra sociedad. En "Los Reporteros" buscamos las claves de este debate.
Cada año unos 1.500 niños nacidos por gestación subrogada en el extranjero se registran en España. Que una mujer geste a un bebé para un tercero está prohibido en nuestro país. Sin embargo, existen vías para que, cumpliendo unos requisitos, estos menores sean españoles de pleno derecho. Lo explica Nuria Terribas, vicepresidenta del Comité de Bioética de Cataluña.
España cuenta con una de las normativas más abiertas en reproducción asistida. Sin embargo, no acepta los llamados vientres de alquiler, una práctica que sí es legal en países como Reino Unido, Grecia o Portugal.
¿Es una forma de violencia contra la mujer? ¿Son realmente libres las mujeres gestantes que se prestan a ello? ¿Debemos regularlo?
Se trata de un debate polarizado entre quienes lo ven denigrante y quienes lo aceptan como opción legítima para que sean padres quienes no pueden serlo por sí mismos.
Nuestro ordenamiento jurídico ha clarificado recientemente cómo debe entenderse esta práctica.
Como explica Juana María Gil, catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Granada, los vientres de alquiler están prohibidos en España porque se considera que atentan contra los derechos fundamentales y suponen una forma de violencia de género, tal y como recoge también el Convenio de Estambul. El Parlamento Europeo considera que esta práctica expone a mujeres de todo el mundo a la explotación y la trata.
Sin embargo, lo que la ley española impide es posible con dinero en el exterior. Los precios oscilan entre los 60.000 euros en Ucrania a los 120.000 en Estados Unidos.
La periodista Patricia Simón ha viajado varias veces a Ucrania para investigar las clínicas de vientres de alquiler. Este país, junto con Rusia, tiene las leyes más laxas de Europa en materia de vientres de alquiler. A tenor de su experiencia, considera que en estos casos hablar de compra y venta de seres humanos es lo más riguroso.
A la gestación subrogada recurren tanto parejas heterosexuales con problemas de fertilidad como parejas homosexuales o personas solteras.
La carga genética, que los bebés tengan su sangre, es una de las razones que mueve a muchos de los que optan por la gestación subrogada en lugar de la adopción, un proceso éste hasta con una década de espera.
La técnica es rechazada por la Iglesia católica y aprobada, según las últimas encuestas, por el 58 por ciento de los españoles. Los médicos han mostrado su conformidad siempre y cuando se practique de forma altruista, sin pagos ni compensaciones y, como contempla Portugal, para mujeres con problemas de gestación.
Regular o no esta práctica en España es una posibilidad sobre la que se cierne un intenso debate jurídico.
