LA MAÑANA DE ANDALUCÍA
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Historias de "supervivientes" que rescatan a otras mujeres de la violencia de género

La mañana de Andalucía acude a la Fundación Ana Bella para conocer su trabajo con mujeres maltratadas y los testimonios de quiénes han sobrevivido a su maltratador y hoy disfrutan de una vida normal.

25 noviembre 2020

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, La mañana de Andalucía ha llamado a la puerta de la Fundación Ana Bella (954 183 574), una entidad sin ánimo de lucro andaluza dedicada a la ayuda a mujeres maltratadas en la que participan como ellas se hacen llamar 'supervivientes' voluntarias. Allí, Jesús Vigorra se ha encontrado con dos de estas supervivientes, Graci y Mari que han ofrecido su testimonio y sobre todo, su fuerza para inspirar a quienes se ven ahora en una situación parecida a la que ellas vivieron en sus carnes.

Graci salió hace 12 años de su particular infierno y lo recuerda así: "Me encontraba muy mal, no sabía qué hacer con mi vida y aunque mis dos hijos eran lo que me daba fuerza, lo que me hacía falta era sentirme acompañada". Y es que insiste en ese concepto de acompañamiento como clave para dar el paso a una vida mejor, libre de maltrato y de violencia: "Sola nunca vamos a salir porque las mujeres que sufrimos violencia estamos muy mal por eso aquí las acompañamos en todo el proceso, para que vean que no están solas, y sobre todo para denunciar es importante que no estén solas". En este sentido pide que la gente que está alrededor de ellas sean "agentes de cambio que sepan detectar las señales de alarma porque le puede pasar a tu madre o a tu hija".

Graci hace un llamamiento para que esas mujeres que sufren la violencia machista den el paso y acudan a la Fundación Ana Bella porque "aunque llegan con mucho miedo, perdidas y angustiadas, somos una amiga para ellas, las escuchamos y no las juzgamos, para generarles confianza y seguridad y así vean que si nosotros hemos podido salir, ellas también".

Por su parte, Mari es otra superviviente que colabora en la Fundación Ana Bella. Ella escapó de su vida de maltrato "hace 29 o 30 años" cuando era aún más difícil por la escasez de recursos que había para víctimas de esta violencia y por la ausencia de concienciación sobre el problema que existía sobre todo en los pueblos que era donde ella vivía. "A mí me decían que me callase, que no había sabido llevarlo", recuerda para así "aguantar 15 años porque no tenía ni recursos ni trabajo y con dos niñas chicas". Su consejo es "ser fuertes, no sentirse pequeña y buscar recursos".

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