Manuel Ventero, tras publicar un libro sobre Felipe VI: "El Rey se mueve en el ámbito de la moderación"

Manuel Ventero Velasco, periodista y doctor en Derecho, ha presentado su nuevo libro titulado 'Felipe VI, ¿qué significa reinar sin gobernar?', donde profundiza en la transición de la Corona hacia una monarquía parlamentaria moderna.

Según ha explicado en "La mañana de Andalucía" el autor, este modelo es el único compatible con la democracia, aunque sitúa al monarca ante la dificultad de colaborar en la gobernabilidad sin ostentar poder ejecutivo. Ventero sostiene que estamos en un estadio final de la evolución monárquica en el que el Rey, a diferencia de los soberanos de antaño, "carece de libertad para tomar decisiones políticas directas" y debe ceñirse a lo que dicta la Constitución.

Respecto a las funciones actuales del jefe del Estado, Ventero destaca que su labor principal es de carácter simbólico y moderador. El experto señala que Felipe VI debe actuar de manera "rigurosamente discreta" y que su tarea consiste en "intentar efectivamente contribuir a lubricar" los diferentes órganos e instituciones del Estado para que funcionen con solvencia.

En sus declaraciones, subraya que el monarca no puede atender a las exigencias de ciertos sectores políticos que piden una intervención más activa, ya que "su tarea, evidentemente, no es la de mandar o ejecutar", responsabilidades que corresponden exclusivamente a quienes han sido elegidos en las urnas.

La evolución de la monarquía también se manifiesta en la imagen pública y el estilo de comunicación de los Reyes. Ventero compara la actuación de Juan Carlos I durante el 23F con la de Felipe VI ante el desafío catalán, destacando que el actual monarca optó por un "escrupuloso traje oscuro y discreto" en lugar del uniforme militar, adecuándose a una España democrática muy distinta a la de 1981.

Aunque el marco jurídico de la Constitución de 1978 sigue siendo el mismo, el autor defiende que la monarquía se ha consolidado bajo una "costumbre constitucional" que separa claramente la figura del Rey de la política partidista y "se mueve en el ámbito del arbitraje y la moderación"

Finalmente, sobre el esperado mensaje de Navidad, Ventero explica que, aunque el Rey tiene "cierta libertad" para exponer los grandes problemas de España, nunca debe concretar vías de solución políticas. Sobre temas espinosos como la corrupción, el autor está convencido de que el monarca suele hablar con "mucha elegancia", sustituyendo términos directos por conceptos como la "higiene política" o la "ejemplaridad pública". De esta manera, el discurso se mantiene en el ámbito de la política de Estado, reforzando el compromiso de las instituciones sin entrar en la confrontación política diaria.

Para entender mejor esta función, podríamos decir que el Rey actúa como el aceite en un motor complejo: no es la pieza que genera el movimiento ni la que decide la dirección, pero su presencia es indispensable para que todos los demás engranajes funcionen con suavidad y no se bloqueen entre sí.