TERREMOTOS TURQUÍA Y SIRIA
TERREMOTOS TURQUÍA Y SIRIA

La UME rescata a dos niños y su madre después de cuatro días sepultados

Son rescates contra pronóstico, Más de 72 horas bajo los escombros hacen que escaseen las posibilidades de sobrevivir. Han pasado más de cien horas de los terremotos devastadores en Turquía y Siria pero los equipos de emergencia no tiran la toalla.

CANAL SUR MEDIA 10 febrero 2023

Cuatro días han pasado desde que la tierra tembló en Turquía y en Siria y las posibilidades de encontrar supervivientes van desapareciendo. Después de las primeras 72 horas las opciones de sobrevivir son cada vez menores, pero algunas hay. Todavía hoy la vida se abre paso entre los escombros. Es el caso de Yaguiz. Nació hace solo 10 días y ha pasado 4 sepultado entre las ruinas de su casa. Tanto este bebé recién nacido como su madre han sido rescatados con vida en la ciudad turca de Hatay, una de las más castigadas por el terremoto

Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplazados en Turquía han rescatado este viernes con vida a un niño y a una niña cinco días después del fuerte terremoto.

Lo ha confirmado la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante un acto en Jaén. Este viernes, en Despierta Andalucía, el capitán de la UME ya avanzaba que los tenían localizados y que llevaban muchas horas de trabajo para rescatarlos a lo largo del día.

Los terremotos que el lunes asolaron el sudeste del país y el noroeste de Siria han causado más de 21.700 muertos y 79.400 heridos, según el último balance. El Gobierno turco ha elevado este viernes el balance a 18.342 fallecidos y más de 74.000 heridos. Los trabajos de búsqueda de supervivientes se han dado por terminados en las provincias de Sanliurfa y Kilis y están casi acabados en las de Diyarbakir, Osmaniye y Adana. En Siria, las víctimas mortales son 3.384, de ellas 2.037 en las zonas controladas por los rebeldes. Es en este país donde la situación se complica más debido a la guerra

Está siendo crucial la labor de la Defensa Civil Siria, conocida como los Cascos Blancos, una ONG integrada por tres mil personas, entre ellos profesores, sastres o bomberos, que trabajan sobre el terreno intentando sacar de entre los escombros a supervivientes.

La tarea no es fácil, porque el gobierno de Bachar Al Asad los acusa de espías, pero ellos son una de las pocas esperanzas a las que se acoge el pueblo sirio, desde que estalló la guerra civil hace más de una década. Zonas en manos de los rebeldes, fronteras cerradas para los camiones con ayuda internacional y un gobierno no reconocido por Occidente dibujan un complejo panorama.

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