juicio al futbolista
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La esposa de Alves declara que su marido volvió "oliendo a alcohol" la noche de la presunta violación

Afirma que cuando llegó a casa "se chocó con el armario y una mesita, y cayó desplomado en la cama".

Apuntala la defensa que alega el consumo de alcohol como atenuante.

La víctima dudó en denunciar por miedo a que se la señalara, según los mossos.

CANAL SUR MEDIA 6 febrero 2024

La modelo Joana Sanz, esposa del futbolista Dani Alves, ha declarado que la noche en la que su marido está acusado de presuntamente agredir sexualmente a una joven volvió "muy borracho, o sea, oliendo a alcohol".

Antes de empezar su interrogatorio, el tribunal de la Audiencia de Barcelona que juzga el caso le ha recordado que por ser su esposa podía optar por no testificar, pero ha decidido hacerlo igualmente tras ser propuesta por la defensa de Alves.

Ha afirmado que ella estaba en Barcelona después de un viaje a Tenerife del que volvió con Alves el día anterior, y que habían acordado quedar juntos esa noche, pero al final no lo hicieron porque él se quedó con los amigos con los que había quedado para comer.

Sanz ha recordado que Alves llegó sobre las 4.00 horas a casa, cuando ella todavía estaba despierta, y que cuando entró en el dormitorio "se chocó con el armario y una mesita, y cayó desplomado en la cama". "NO PROCEDIA HABLAR CON EL"
A pesar de que ella seguía despierta, ha afirmado que no hablaron: "No procedía hablar con él, la verdad, en el estado que llegó. Consideraba que era mejor dejarlo para mañana".

"El día después le pregunté. Se levantó supertarde, no se levantaba. Le pregunté qué había pasado y dijo que había estado con amigos", y ha explicado que durante ese día habían hablado por whatsapp hasta las 23.00 horas, pero al final no cenaron juntos.

ALVES "SIGUIÓ BAILANDO" TRAS LA PRESUNTA AGRESIÓN

El amigo del futbolista Dani Alves que salió de fiesta con él la noche que presuntamente agredió a una chica en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona ha declarado que el jugador "siguió bailando" al salir del lavabo.

"Salió del baño, vino a mi lado y siguió bailando", ha afirmado el testigo, Bruno, que también ha recordado que la denunciante salió del lavabo poco después que Alves y, a continuación, ella y las amigas con las que iba se despidieron de él.

El lunes, la amiga y la prima de la víctima declararon que mientras estuvieron en el reservado con Alves y su amigo --al que ellos les habían invitado-- se sintieron incómodas por su "actitud babosa".

En cambio, el amigo del futbolista ha afirmado que todos estuvieron bailando y cree que todas lo pasaron bien y que entre Alves y la denunciante "había una química respetuosa, sexual pero con respeto, bailaban juntos".

DICE QUE ALVES BEBIÓ

Ha explicado que ese día compartió con Alves y tres amigos más una comida que se alargó hasta la cena, y que luego visitaron un bar de copas antes de ir ellos dos a Sutton.

Acusaciones y defensa le han preguntado varias veces por la cantidad de alcohol que tomó el futbolista esa noche, algo que la defensa intenta hacer valer como atenuante y ante lo que la acusación particular ha alertado de la contradicción en la versión del testigo, que en fase de instrucción habló de "media copa" y en el juicio ha elevado la cantidad de alcohol que cree que consumió su amigo.

Al día siguiente, Alves y este testigo viajaron juntos a México, donde los dos trabajan en el Pumas de la UNAM, y ha explicado que no comentaron lo ocurrido esa noche, pero que en algún momento lo vio "triste, un poco tocado".

LA VICTIMA ESTABA "SOBREPASADA"

Varios agentes de los Mossos d'Esquadra han declarado que la denunciante de la agresión sexual presuntamente por parte del futbolista Dani Alves en una discoteca de Barcelona dudó en denunciar porque "tenía miedo a que se hiciese público su nombre y se creía que era ella la culpable de todo lo sucedido".

Así lo han explicado 12 mossos d'esquadra que han testificado en la segunda sesión del juicio ante el tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona, en la que uno de ellos ha asegurado que le respondieron a la víctima que "ella no era culpable de nada".

Otros mossos han coincidido en que la víctima tenía "terror y estaba sobrepasada por la situación", además de que temía que no la creyeran porque Alves era un hombre conocido.

DECLARACIÓN POLICIAL

Tras la agresión sexual, los Mossos d'Esquadra recibieron el aviso del incidente en la discoteca Sutton y varios de ellos se desplazaron de paisano hasta el local de ocio para "no abrumar a la víctima".

Los agentes que tomaron declaración policial a la víctima después de los hechos han explicado que la denunciante sufrió "ataques de ansiedad, estaba francamente afectada y se derrumbó en varias ocasiones", y han manifestado que la víctima no había tomado medicación antes de declarar para estar serena, en sus palabras.

"Se encontraba en shock, no era capaz de hablar. Sobre todo nos decía que ella no quería dinero, que sólo quería justicia", ha añadido otro agente.

También les contó que había accedido voluntariamente a una habitación apartada de la discoteca --que resultó ser un baño--, pero que una vez en el interior, el futbolista "no la dejaba salir".

DETENCIÓN ALVES

Otra agente ha contado al tribunal que trataron de evitar detener a Alves en el espacio público para proteger su imagen: "Citarlo en comisaría para evitar filtraciones, evitar la foto. Para intentar evitar eso, su integridad y su identidad".

Alves declarará el miércoles en el tramo final del juicio, en el que afronta petición de condena a 9 años de cárcel por parte de la denunciante y de 12 años por parte de la Fiscalía.

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