La rondeña Candela Sierra, Premio Nacional de Cómic

"Muy feliz" y sorprendida, Candela Sierra se ha convertido este lunes en Premio Nacional de Cómic gracias a una obra, 'Lo sabes aunque no te lo he dicho', que fue prácticamente su ópera prima y que, como ella misma ha señalado, es "un poco rara" y "no parece un libro de premio nacional en el buen sentido". "Son historias cortas, no hay apego a un único personaje, de forma que no puedes ver su evolución. Es algo más frío incluso, entras y sales todo el tiempo, casi como puñaladas, y me sorprende un poco que la haya valorado así gente que ha leído mucho cómic, lo que me da mucho orgullo", ha explicado en una entrevista tras conocer la distinción.

Sierra (Ronda, 1990) ha añadido que tampoco esperaba tal distinción por tratarse de una autora relativamente nueva, con solo otra obra publicada llamada 'Rotunda' y que se gestó prácticamente a la vez que el cómic que ha terminado siendo fundamental para la concesión del premio. Apasionada del dibujo y licencia en Bellas Artes por la Universidad de Granada, en un momento dado pensó que el cómic era una rama "que podía abarcar" profesionalmente, por lo que se especializó en ello gracias un máster en la Escuela Europea Superior de la Imagen de Angoulême (Francia).

Cumplidos los 30 años, le abordó cierto debate existencial y fue en 2020 cuando comenzó la simiente de 'Lo sabes aunque no te lo he dicho' (Astiberri, 2024), primero como una historia corta por encargo de la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores de Córdoba, de la que había sido residente. "Luego pensé que esas historias cortas podrían ser un ejercicio fresquito que no me comprometiera mucho", rememora sobre una obra que terminó parando y alternando con otros proyectos, como 'Rotunda' (editada antes y galardonada con el Premio Valencia de Novela Gráfica), y que se pudo materializar gracias a ayudas como la de INJUVE y el empuje de su editora.

Narcisismo, falta de comunicación real, miedo al compromiso y al conflicto son presentados en el libro como señas que definen estos tiempos de redes sociales y el jurado ha destacado su "habilidad para reflejar un afiladísimo análisis de nuestra sociedad". "No quería ser moralista. Me daba un poco de miedo señalar esas cosas que voy viendo en mi entorno, incluso en la política y en la sociedad en general, como si yo me salvara", precisa ante una "crítica" que nació sencillamente del "afán de exploración" y que define como "una comedia con retrogusto", porque, como las comidas indigestas, repite en el estómago.
Partió para ello en muchos casos de historias reales, cambiando el sexo o la edad de los personajes para hacerlo más transversal a toda la sociedad ("No estamos tan separados por nichos", opina), pero concede que por su prisma generacional esta obra tiene mucho componente "milenial".

El jurado también ha destacado su "mirada fresca" al cómic, en una obra en la que los personajes interactúan directamente con el ritmo y características del cómic, pues se enfadan por fallos de "rácord", cortan por elipsis o se esconden detrás de bocadillos. "Me gusta pensar que el medio en el que estoy condiciona la obra. Si trabajo en un cómic, que solo pueda ser cómic, aunque se puedan hacer luego adaptaciones", afirma esta autora que, por sus años de formación entre Francia y Bélgica, recoge la influencia del cómic europeo, aquí por ejemplo en la paleta cromática a lo Brech Evens.

En la actualidad, trabaja en la adaptación a la animación de 'Rotunda' y ha revelado que también empezó "hace meses" a escribir el que será su nuevo cómic, del que de momento prefiere ocultar los detalles, agradecida en todo caso por el "oxígeno" que le darán los 30.000 euros que comporta el premio.