La presidenta del Congreso ha matizado este lunes la inmediatez de la implantación de las lenguas cooficiales aunque mantiene su compromiso.
Ni la Constitución ni el Reglamento de la Cámara recogen ni la obligación ni la prohibición.
El anuncio de que las lenguas cooficiales se implantarán en el Congreso que hacía Francia Armengol en su primer discurso como presidenta del Congreso ha sido este viernes matizado en una entrevista radiofónica, en la que se ha referido a una ronda previa para buscar el consenso con los grupos, y un estudio de las posibilidades técnicas para tal fin.
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha reconocido este viernes en una entrevista radiofónica que implantar el uso del catalán, el euskera y el gallego "tiene sus complejidades" en cuanto a medios y ha dicho que va a estudiar las "posibilidades técnicas" con las que cuenta la Cámara Baja, pero que el objetivo es que las lenguas cooficiales puedan utilizarse "lo más rápido posible": "Es mi compromiso".
Ni la Constitución ni el Reglamento de la Cámara recogen ni la obligación ni la prohibición de usar otra lengua oficial que no sea el castellano, aunque en la práctica los principales grupos políticos han vetado hasta ahora los discursos enteros en estas otras lenguas, no así citas puntuales o frases insertas. Tampoco está claro si exige o no una reforma del reglamento. La Generalitat ha pedido que se incluya también al valenciano.
Previsiblemente habrá que contratar medios técnicos, como pinganillos y cabinas de traducción simultánea, con traductores bilingües de euskera, catalán y gallego. En el Senado sí está permitido el uso de las lenguas cooficiales desde la última reforma de 2011, aunque en 2021 Junts propuso universalizar el uso de las lenguas cooficiales en este foro, con un coste de casi un millón de euros anuales, y la propuesta fue rechazada. Habrá que aclarar, por tanto, las implicaciones legales de la medida, y afrontar el desafío tecnológico que supone.