Antonio Castillo, hidrogeólogo de la UGR: "Extraemos más agua de la que entra y empieza a ser preocupante"

Antonio Castillo Martín, hidrogeólogo del CSIC y de la Universidad de Granada (UGR), es autor, junto con David Oya, del libro 'La Sierra del Agua', que es la de Cazorla, Segura y aledañas. También dirige el proyecto 'Conoce las fuentes', un catálogo online de todas las fuentes y manantiales andaluces.

Sobre la actual situación hídrica ha hablado en La mañana de Andalucía, donde ha dicho que "en Andalucía tienen más importancia por su clima las aguas subterráneas que las superficiales", por lo que ha instado a que "se mida" el nivel de esas aguas bajo tierra, aunque es consciente de que "es más difícil" hacerlo porque "no se ve y está más compartimentada". Es algo que entiende importante puesto que de su buena salud dependerán en el futuro los abastecimientos y la mayor parte de los ecosistemas acuáticos de Andalucía.

Y es que después de unos días de lluvia da la sensación de que no han servido para nada porque el nivel de los embalses apenas varían y no es así. Para ello ha puesto el ejemplo de una esponja que "cuando está llena de agua por más que se le eche, la tira, pero si está seca la chupa y no sale y eso es lo que está pasando, que el suelo está muy deshidratado por la sequía y la explotación intensiva y cuando llueve, una parte se evapora, pero otra se queda en la tierra y no está saliendo, pero no se ha perdido".

Sin embargo, como experto, reconoce que "bastantes de nustros santuarios del agua están en peligro", en referencia a las más valiosas zonas desde el punto de vista del agua en Andalucía como "Doñana, las lagunas de Córdoba o el nacimiento de los grandes ríos".

Y es que no culpa de ello solo al cambio climático o la actual sequía. "Hay cambio climático pero lo que pasa es que se saca más agua de la que entra y eso hará que las fuentes y los manantiales dejen de manar aunque llueva mucha". Y el caso es que tampoco llueve mucho, algo grave pero que, recuerda, "ha ocurrido siempre en la historia  con crónicas de hambrunas y ríos que se secaban. Llueve menos, de acuerdo, pero consumimos más agua y esa combinación nos lleva a un déficit que empieza a ser preocupante".