La lluvia ha provocado que la ocupación hotelera se quedara en el 76% y la facturación de los hoteleros cayera a la mitad.
De las 61 hermandades que tendrían que haber procesionado, sólo 19 han podido completar el recorrido.
La de este año ha sido una Semana Santa que ha calificado de atípica. La afluencia de público ha sido un 42 por ciento inferior a la del año pasado, con un total de 1.420.000 personas registradas en las cámaras de seguridad del centro. La ocupación hotelera ha quedado en un 76 por ciento de media y los profesionales de la hostelería hablan de una caída media del 50 por ciento en la facturación.
El número de viajeros de Tussam ha sido casi un 4 por ciento inferior al año pasado y Lipasam ha recogido un 15 por ciento menos de basura. En materia de Seguridad, no ha habido incidentes relevantes.
Con el Buen Fin de vuelta a San Vicente ha concluido una semana santa pasada por agua. Miles de personas se lanzaron a la calle para ver su regreso. Una bonita imagen para decir adiós a esta semana en la que una y otra vez se ha repetido la misma escena, la de la tristeza ante la decisión de no salir.
De las 61 hermandades que tendrían que haber realizado su estación de penitencia, sólo la han podido completar 19; 4 han tenido que refugiarse en la catedral, y 38 no han salido. Detrás de esos números, ha habido días mejores, como el sábado santo, en el que salieron todas, o el lunes y el martes, cuando salió la mayoría.
Pero también ha habido días como el jueves santo o la Madrugá... Una semana santa de llantos, pero también de bullas, de colas kilométricas en las iglesias, de mantillas con paraguas, y de ilusión en que el año que viene será mejor.