La familia de la joven asesinada hace quince años no pierde la esperanza de encontrar su cuerpo. La desesperación les ha llevado a comprar el piso en el que fue asesinada para dárselo a su asesino confeso a cambio de la verdad.
Con rastreos en más de 70 localizaciones, volvemos a recorrer los lugares donde se buscó, sin éxito, a la joven.
El escenario del crimen de Marta del Castillo se sitúa en un piso de la calle León XIII de Sevilla. Así lo dijo su autor, el asesino confeso Miguel Carcaño, que cumple condena en prisión. Es lo único que está claro. Qué paso después sigue siendo una incógnita para desesperación de una familia que llegó a comprar este inmueble para ofrecérselo a Carcaño a cambio de que les contara donde está el cuerpo de su hija. Nada sirvió.
El primer lugar donde se buscó el cuerpo de Marta es en el Guadalquivir. Entre el piso de León XIII y el río hay tres kilómetros. La primera confesión de Miguel Carcaño alude a una pasarela sobre el río, donde traslada el cuerpo de Marta en una silla de ruedas con la ayuda de dos amigos, Samuel Benítez, absuelto en el caso y José Antonio García, conocido como El Cuco y que fue condenado por encubrimiento por un tribunal de menores.
Asegura que desde esa pasarela arrojó el cuerpo de Marta al río. Se activó entonces un dispositivo de búsqueda sin precedentes. Un dispositivo con muchas dificultades según explican los expertos que participaron en ella.
En marzo de 2009, un mes después de su detención, Miguel Carcaño cambia de versión y asegura que arrojó el cuerpo a un contenedor de León XIII. La búsqueda se traslada entonces al vertedero de Alcalá de Guadaíra. Se llegaron a mover 45.000 toneladas de basuras en 35 días. El resultado fue el mismo, el cuerpo sigue sin aparecer.
En septiembre de 2009, una menor con la que Carcaño mantenía una relación declara ante el juez que le había confesado que arrojó el cuerpo de Marta a una zanja cerca de su casa en Camas. Se trata de una zona que en ese entonces estaba en obras y que era de fácil acceso, pero cuando llega esa información ya han pasado ocho meses desde la desaparición de Marta, el terreno ya está tapado y se necesitan hasta cuatro máquinas retroexcavadoras para levantarlo, sin resultado.
En septiembre de 2013 Miguel Carcaño da su última versión y culpa a su hermano de la muerte de Marta, situando su cuerpo en la finca de Majaloba, situada en la localidad sevillana de La Rinconada. En el interior señala una zona que se analiza con un georradar. Una década después, ya de forma privada, el mismo geofísico aplicando nuevas tecnologías realiza la búsqueda pero con la desesperación de no encontrarla. Después de siete versiones, no se ha localizado a Marta.