Los hay de todo tipo; hasta románticos y políticos
Más de 200 piezas, 14 bloques audiovisuales y pellizcos de unas 60 películas ilustran este viaje entre fascinante y repulsivo, erótico y castísimo al reino de los No Muerto
Todos están en 'Vampiros. La evolución del mito', una exposición que nos recuerda hasta el 1 de noviembre (como no) por qué este personaje está tan presente en la cultura popular
El cine siempre se ha entendido bien con los vampiros. Ambos reinan en la oscuridad de las criptas o las salas de cine.
Nos chupan nuestra atención o nuestra sangre y ambos perduran más allá del Tiempo y de la Muerte. En el Caixaforum de Sevilla -convertido en una caverna roja y tenebrosa-, los vampiros nos asaltan pop y lascivos.

Los hay de todo tipo; hasta románticos y políticos. También los hay poéticos y subyugantes, elegantes y atractivos, feministas y postmodernos, infantiles y tiernos o utilizados como metáforas políticas de nuestro presente, pues llevan siglos incrustrados en la cultura popular sin dejar de renovarse, como explica el comisario y colaborador artístico en la Cinemateca Francesa, Mathieu Orlean.
Rodeados de un aura de fetichismo, la exposición nos trae el vestuario aristocrático de "Entrevista con el vampiro" o la máscara y las manos que Klaus Kinski usaba en "Nosferatu" para quejarse cansinamente de llevar siglos repitiendo "las mismas banales experiencias".
Más de 200 piezas, 14 bloques audiovisuales y pellizcos de unas 60 películas ilustran este viaje entre fascinante y repulsivo, erótico y castísimo al reino de los No Muertos, aquellos que deambulan por la eternidad sin alma ni reflejo.

No teman. Aunque el vampiro acecha, salimos de la cripta con el cuello intacto sin ajos, estacas ni crucifijos.
La cita es en Caixaforum Sevilla, hasta el 1 de noviembre -que por cierto es el Día de Todos los Santos, antesala del Día de los Muertos- una de vampiros.