El municipio de Sierra Mágina celebra una jornada de reivindicación de sus oficios tradicionales y sus costumbres.
Quiere mostrar la calidad de vida y las oportunidades que brindan los pueblos pequeños amenazados por la despoblación.
Orgullosos de ser de pueblo. Es el sentimiento que este domingo ha querido reivindicar el municipio de Bélmez de la Moraleda. Una pequeña localidad de la comarca de Sierra Mágina, en la provincia de Jaén, que ha organizado unas jornadas para mostrar las virtudes que tienen centenares de pueblos andaluces con poca población y muchas posibilidades.
Y con ese objetivo, en Bélmez el orgullo de pueblo ha salido hasta en el pregón en una jornada organizada para mostrar sus costumbres, su pasado y poner luz a todas las posibilidades que aún tiene su futuro, según explica Araceli Martín, una de las organizadoras de las actividades que se han desarrollado. "Este pueblo tenía hace unas décadas 2.500 habitantes y ya se ha quedado en 1.500", explica, al tiempo que asegura que "no queremos llegar a ser la España vaciada".
Las cuatro cooperativas que dieron trabajo a toda la comarca han cerrado y sus habitantes se niegan a que el pueblo se quede sin vida, defiende su alcalde, Pedro Montávez.
Ahora, con la mitad de la población, muestran los oficios que aún mantienen las manos que hacen pueblo y muestran también el orgullo de su vida cotidiana.
Ha sido una jornada para sacar a paseo un sentimiento compartido con miles de andaluces: el orgullo de ser de pueblo y a mucha honra. "Aquí respiramos mejor aire, comemos cosas sanas y se vive mejor", dice una de sus vecinas.