En las semanas previas al comienzo de la campaña de recolección, los arroceros han realizado el tratamiento con fungicidas contra el hongo pyricularia, uno de los últimos enemigo del arroz antes de la cosecha.
La marisma sevillana, con sus 37.000 hectáreas de cultivo está a la expectativa porque éste es el momento decisivo. Los tratamientos aéreos están muy regulados y controlados y son sumamente efectivos.
La escarda a mano de la mala hierba o cola se realiza en las tablas a la par que los trabajos de aero-aplicaciónes, en base al reglamento de producción integrada, que garantiza la calidad, la trazabilidad y seguridad alimentaria del arroz andaluz.