A pesar de las ventajas que tiene, el análisis foliar no es una práctica extendida entre los agricultores. No abonar adecuadamente supone riesgo de toxicidad en el árbol y, sobre todo, pérdida de dinero, dado el alto precio de los fitosanitarios
Julio es el mes en que se debe realizar el análisis foliar del olivo para saber qué abono aplicar. Sin embargo, no es una práctica extendida entre los agricultores. No abonar adecuadamente supone riesgo de toxicidad en el árbol, y sobre todo, pérdida de dinero, dado el alto precio de los fitosanitarios.
Si sabemos las carencias nutricionales del árbol podemos corregirlas. Son muchas las ventajas que se obtienen con un simple y barato análisis de entre 120 y 150 hojas de unos 20 olivos de la parcela.
El olivo suele tener carencias sobre todo de nitrógeno, fósforo y potasio, según los miles de análisis realizados cada año en el laboratorio Olivarun de la Fundación Caja Rural.