La orujera más grande del mundo retoma su actividad después de seis meses de incertidumbre
La planta de san Miguel Arcángel, en Villanueva del Arzobispo, ya ha empezado a procesar las 400.000 toneladas de alpeorujo de las dos últimas campañas.
Tras lograr que el gobierno extienda las ayudas a la cogeneración en las orujeras.
De momento, solo estará activa cinco días a la semana.
Después de seis meses de inactividad la orujera San Miguel Arcángel, de Villanueva del Arzobispo (Jaén), la más grande del mundo, ha vuelto a funcionar. Un nuevo comienzo, que ha mantenido en vilo a sus 70 trabajadores.
La planta retoma la actividad, tras seis meses de incertidumbre, con la práctica totalidad de sus trabajadores en paro. Atrás queda la constante presión sobre el gobierno para que las primas a las energéticas lleguen también a las empresas que suministran gas a estas orujeras, que son las que procesan el 40 por ciento del alpeorujo que sale de las más de 1.700 almazaras que hay en España, la mitad de ellas en Andalucía.
Por ahora, San Miguel Arcángel tendrá actividad durante cinco días a la semana, que no son todos, pero los suficientes para que los trabajadores de esta fábrica vuelvan a la actividad y comiencen a procesar las cerca de 400.000 toneladas de alpeorujo de la última campaña y de la presente.
Solo la baja cosecha, mucho más baja de lo previsto, ha evitado graves problemas en la producción de aceite en la provincia de Jaén y en el medio ambiente.
El cambio de proceso a la cogeneración en esta fábrica evita la emisión de partículas y permite la producción de energía eléctrica y térmica para evaporar el agua de este residuo y extraer dos productos: el aceite de orujo y el orujillo, que es el resto seco de la pulpa y hueso, con el que también se obtiene energía eléctrica en otro proceso industrial.
