Dos desapariciones en las mismas circunstancias en años distintos. Trabajaban en la campaña de la aceituna para un olivarero con el mantuvieron diferencias por las condiciones laborales. Dejaron el trabajo y desaparecieron tras ir a comprar el sueldo.
Los investigadores de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil han vuelto a Villacarrillo, (Jaén). Siguen tratando de encontrar pistas para aclarar la desaparición de un jornalero tras discutir con su patrón hace ahora casi 1.000 días. Por esos hechos, este empresario agrícola ha sido investigado y se han registrado sus inmuebles y fincas en esta localidad.
El pasado mes de septiembre, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil tomó el relevo de la investigación iniciada por la Comandancia de Jaén y, hoy por hoy, tiene el caso de Villacarrillo entre sus asuntos prioritarios.
Tras varios meses de rastreo y búsqueda de pruebas, esta unidad especializada del Instituto Armado, sigue intentando estrechar el cerco sobre un empresario, principal sospechoso de la desaparición en 2013 del temporero maliense Tidiany Coulibaly, y del sengalés Ibrahima Diouf, de los que no se sabe nada desde enero de 2021.
Ambos trabajaban en la campaña de la aceituna para un olivarero con el que los dos mantuvieron diferencias por las condiciones laborales en las que tenían que trabajar. Por ese motivo, quisieron dejar el trabajo y los dos desaparecieron justo después de ir a cobrar su sueldo.
Los agentes han registrado ya la vivienda del empresario y naves de su propiedad en Villacarrillo. Ha recorrido el curso del río Aguascebas y buscado en la piscina natural de la pedanía de Mogón. También han rastreado fincas de su propiedad en el pueblo y en la vecina localidad de Villanueva del Arzobispo, utilizando perros adiestrados y georradares.
Pero, sobre todo, la Unidad Central Operativa ha venido solicitando la colaboración ciudadana y, por eso, regresa ahora a Villacarrillo a intentar cerrar definitivamente esta investigación.