La campaña algodonera, de resultado incierto por el escaso caudal de riego
Falta de agua por la bajada de las precipitaciones en la cuenca del Guadalquivir, la invasión de plagas, la dependencia de las producciones norteamericanas, la competencia exterior con menos restricciones en el control del cultivo y el aumento constante de los costes de producción están derivando en un hartazgo del algodonero.
Los algodoneros encaran durante estos días la fase final de una dura campaña. La falta de agua hace que haya zonas donde la producción se ha venido abajo y otras donde mantienen la esperanza de completar una cosecha similar a la del año pasado.
Con la mitad de agua autorizada para el riego, la campaña comenzaba plagada de dudas e incertidumbres. Aquí la campaña continúa. Las flores están comenzando a caer, después, con el apoyo de exfoliantes, caerán también las hojas. Quedará la cápsula o el fruto.
Pronto comenzará la recolección por Andalucía, que produce la práctica totalidad de la fibra de algodón en España, en unas condiciones cada vez más difíciles.
Durante el pasado año, la pandemia y la necesidad mundial de la fibra textil provocó una demanda sin precedentes.
Falta de agua por la bajada de las precipitaciones en la cuenca del Guadalquivir, la invasión de plagas, la dependencia de las producciones norteamericanas, la competencia exterior con menos restricciones en el control del cultivo y el aumento constante de los costes de producción están derivando en un hartazgo del algodonero.
En Andalucía, se han vuelto a sembrar 60.000 hectáreas. Pronto comenzará la recolección, aunque hay zonas de Andalucía donde el agua finalmente no ha llegado.
