Es la primera vez en España, y forma parte del programa AUVA de la Consejería de Justicia.
Los perros aportan tranquilidad a las víctimas y agilizan los procesos.
Por primera vez en España una mujer víctima de violencia de género y una menor han declarado en sede judicial acompañados de una perra adiestrada. Ha sido en Huelva y supone poner en marcha un programa piloto llamado AUVA que presentó hace dos años la Consejería de Justicia.
Con este acompañamiento se consigue facilitar este tipo de procesos a las víctimas e incluso agilizarlos. Hemos conocido cómo trabajan.
Raimundo, Catalina, Canela o Cami se encargan de tareas muy delicadas. Cuando una víctima de violencia de género o abuso sexual se enfrenta a procesos judiciales los acompañan para facilitarles ese trance, que sin estos terapeutas peludos sería mucho más doloroso y lento. Así lo asegura Fernando Moreno, coordinador del Servicio de Asistencia a Víctimas (SAVA) en Huelva.
Detrás de esos buenos resultados hay muchas horas de trabajo. También hay que buscar la idoneidad entre animal y persona. Por ejemplo, Cami, que es tranquila, es la que acompaña en sala judicial. Canela, que es mucho más activa, funciona muy bien con niños, porque además se deja tocar y es bastante resistente a caricias quizás un poco más bruscas. Es estupenda para antes y después de la toma de declaraciones.
Pero en este proyecto también hay otra sinergia interesante, que explica Manuel Álvarez, director técnico del programa AUVA. Raimundo y Catalina han sido perros maltratados y recogidos, a los que desde la Asociación de Asistencia a Víctimas llaman cariñosamente 'becarios', porque aún están aprendiendo.
Ellos enseñan a los menores, por ejemplo, la importancia de los límites. Desde SAVA nos subrayan todo un abanico de posibilidades para estas sinergias entre perros y personas, y piden a empresas y entidades que se sumen económicamente a este hermoso proyecto.