El "viento de cola" obliga a desviar vuelos con demasiada frecuencia
Ha vuelto a pasar en el pasado fin de semana
La ubicación del aeropuerto de Granada, entre un terreno montañoso, provoca en ocasiones que el viento impida los aterrizajes por motivos de seguridad. Cuando sopla "de cola", algo que ocurre con demasiada frecuencia, los aviones tienen que optar por tomar tierra en otros aeropuertos.
El pasado fin de semana dos vuelos se vieron afectados: el que salió la tarde del domingo de Barcelona con destino Granada tuvo que aterrizar, finalmente en Málaga.
El imprevisto afectó también al regreso a Barcelona de ese mismo avión, al quedarse en Málaga el vuelo tuvo que ser cancelado, lo que obligó a la compañía a reubicar a los pasajeros, que en algunos casos fueron trasladados en autobuses al aeropuerto de Sevilla.