El calor y la falta de agua ponen en riesgo la supervivencia de la apicultura
Sin agua, el campo se seca y las abejas no tienen flores de dónde recolectar polen y néctar lo que ha llevado a la desaparición de la mitad de las colmenas de Andalucía.
La sequía amenaza la supervivencia de las abejas y de la apicultura, un sector clave para el medio natural. Sin agua, el campo se seca y estos insectos no tienen flores de dónde recolectar polen y néctar, obligando a los apicultores a asumir sobrecostes que hacen inviables sus negocios.
Un claro ejemplo es el de José Antonio, un joven apicultor andaluz que cuida y mantiene un colmenar en la localidad granadina de Padul. Sus panales están secos. La falta de lluvias provoca una corta y mala floración que disminuye la cantidad de polen, el alimento básico de las abejas. Este año, con la sequía, mejor no hacer cuentas, y aunque resiste no sabe hasta cuando.
Según datos de la Asociación de Apicultura de Andalucía, la sequía extrema no solo ha reducido la producción, sino que ya ha provocado la muerte del 50% de las colmenas.
