Los vecinos han decidido alquilar el bar del salón social, fruto de la disputa, y usar la renta para fletar autobuses que les lleve a escuchar misa a un pueblo cercano.
Los vecinos de Topares están dispuestos a dar la batalla por la propiedad lugares del pueblo que la Iglesia dice que son suyos como el salón social o el cementerio.
Han dado un paso adelante y decidido alquilar el bar y, con el dinero que reciban, fletar autobuses para ir a escuchar misa a la población cercana de El Moralejo, en Murcia, dando así la espalda a su cura.
Están dispuesto a llegar a los tribunales después de no aceptar la propuesta del Obispado de cederle los locales, entre ellos el salón social-bar, durante 15 años. Los vecinos entienden que los inmuebles son suyos porque los construyó el pueblo y porque han tenido la gestión y uso durante más de 64 años, motivo que les parece suficiente para acreditar que el pueblo tiene la posesión, aunque no tenga la titularidad.
El cementerio es otra de las grandes batallas dado que denuncian que el Obispado le ha cedido la gestión durante 30 años a una empresa privada.