Destacada militante feminista, doctora en Derecho y apasionada impulsora de la cultura en todos sus ámbitos, su fallecimiento ha cogido por sorpresa a todos los que no estaban al tanto de que sufría desde hacía tiempo una grave enfermedad.
Carmen Alborch destacó desde joven por su activismo cultural y fue siempre una mujer reivindicativa en favor de los derechos femeninos. Se doctoró en Derecho y pronto destacó por su eficaz tarea como gestora cultural en su Valencia natal, donde dirigió prestigiosos organismos hasta su nombramiento como Ministra de Cultura en 1993. También allí dejó una huella muy positiva, que siguió prolongándose en el sector cultural después de salir del ministerio.
En su última aparición pública, hace quince días y en el Palau de la Generalitat valenciana, declaró que "El feminismo debería ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad". En el mismo acto se definió a sí misma como una mujer que lucharía por un mundo mejor hasta su último suspiro.